"Soy capaz de correr no sólo ochenta kilómetros, sino cien".

Así de motivado y de excitado se mostraba el pequeño Mrityunjai Mandal, de ocho años de edad, justo antes de empezar su particular "maratón" por la paz.

"La paz en el mundo"

El objetivo de la "proeza" no era otro que correr 80 kilómetros, que separan la población de Kalyan del famoso monumento de la Puerta de la India, en Bombay (oeste de la India), para llamar la atención y "pedir la paz en el mundo".

Sin embargo, el pequeño se quedó corto en cinco kilómetros, de manera que a los 75 kilómetros, exhausto, se desplomó y tuvo que ser atendido por un equipo médico de emergencia.

Como medida de seguridad, dos ambulancias seguían continuamente al niño por si éste desfallecía o sufría algún accidente.

Respaldado en todo momento

El niño estuvo respaldado y animado en todo momento por la organización Rashtriya Oriya Yuvak Prathisthan (ROYP).

Shrikan Parhi, un representante de dicha organización, admitió abiertamente haber intentado aprovechar el interés existente por los "niños corredores" para conseguir mayor atención de la prensa.

Moda peligrosa

Hace pocos meses fue Buddhia Singh, el "niño prodigio del maratón" de cinco años, quien casi pagó con su vida la dudosa hazaña de correr 65 kilómetros para captar la atención de los medios.

La llamada fiebre Buddhia se ha extendido por la India y las organizaciones defensoras de los derechos infantiles temen que el fenómeno se generalice y sea cada vez más frecuente.