La fe en 'La Negrita', una diminuta virgen que mueve a millones de peregrinos

  • Cada año, millones de costarricenses renuevan su fe en una pequeña imagen de piedra de la Virgen de los Ángeles con una marcha a una basílica en Cartago.
  • La 'Romería de la Virgen de las Ángeles' (cada 1 de agosto) está catalogada como la cuarta peregrinación más grande del mundo cristiano.
  • La figura apenas mide 18 centímetros de alto.
Una creyente ora tras 'La Negrita' en la basílica de la Virgen de los Ángeles en Cartago (Costa Rica).
Una creyente ora tras 'La Negrita' en la basílica de la Virgen de los Ángeles en Cartago (Costa Rica).
EFE
Una creyente ora tras 'La Negrita' en la basílica de la Virgen de los Ángeles en Cartago (Costa Rica).

La fe en una pequeña imagen de piedra de la Virgen de los Ángeles es el motor que impulsa, cada año, el peregrinaje de más de 1,5 millones de costarricenses que caminan desde todos los rincones del país para agradecer milagros concedidos y hacer nuevas peticiones.

'La Negrita', como los fieles llaman cariñosamente a esta Virgen, logra reunir como ninguna otra figura o evento a costarricenses de todos los estratos sociales y económicos, que cada 1 de agosto participan en la tradicional romería hasta su Basílica, en la ciudad de Cartago, capital colonial del país.

De hecho, la 'Romería de la Virgen de las Ángeles' está catalogada como la cuarta peregrinación más grande del mundo cristiano.

Datos del III Congreso de Destinos Religiosos, celebrado en Colombia en octubre pasado, indican que la peregrinación costarricense, por el amplio número de asistentes, solo es superada por las de las Vírgenes de Guadalupe en México; Aparecida en Brasil; y Nuestra Señora de Luján en Argentina.

Cuenta la leyenda local que una niña indígena llamada Juana Pereira encontró la figura que ahora es venerada por millones en Costa Rica sobre una roca el 2 de agosto de 1635.

La pequeña llevó la muñeca de piedra a su casa, pero en varias ocasiones la imagen, de 18 centímetros de alto, volvió a aparecer sobre la misma piedra, y por eso construyeron en el sitio una iglesia.

Cada año la víspera del aniversario de su hallazgo, Cartago, ubicada a 23 kilómetros al este de San José, se convierte en un hormiguero de personas cargadas de fe en la bondad de la Virgen. La esperanza de los 'romeros' es mirar la imagen, pedirle milagros o agradecérselos, y hasta beber del "agua bendita" que brota de la piedra sobre la cual apareció (según la leyenda) pues muchos aseguran que tiene propiedades curativas.

Un reciente estudio del Centro de Investigación y Administración Económica del Instituto Tecnológico de Costa Rica reveló que las principales razones por las que muchos caminan horas, y hasta días para visitar a 'la Negrita', son "la fe y la devoción, el agradecimiento, una promesa, una petición y la tradición".

También hay quienes asisten a la romería por una ofrenda, para pasear y hacer ejercicio, por curiosidad, penitencia, por obligación o para ganar indulgencias. El 66 % de los romeros, según este estudio, tiene entre 20 y 49 años, y un tercio de ellos tiene estudios universitarios.

Además, un 5 % de los peregrinos son extranjeros, especialmente provenientes de Nicaragua, Colombia, Estados Unidos, Honduras, Guatemala, El Salvador, Panamá y Belice.

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