El expresidente de la Generalitat Valenciana por el Partido Popular Francisco Camps fue recibido este jueves por la noche con abucheos y lanzamiento de huevos por parte de una treintena de personas a su llegada a una cena coloquio de la Escuela de Verano de la Fundación Vives en Xàbia (Alicante).

La cena coloquio, titulada "La responsabilidad social en política", fue organizada por la Fundación Vives por el Humanismo y la Solidaridad, en el antiguo Monasterio Jerónimo en La Plana Nuestra Señora de los Ángeles, y se celebró a puerta cerrada, sin presencia de los medios informativos.

A su llegada, un grupo formado por una treintena de personas recibió al expresidente de la Generalitat con abucheos, y haciendo sonar bocinas y silbatos, mientras que también hubo lanzamiento de huevos y se profirieron insultos como "ladrón" o "sinvergüenza".

Camps fue recibido, a su llegada a la Escuela de Verano por el presidente de Les Corts, Juan Cotino, y por responsables de la Fundación Vives.

El que fuera presidente de la Generalitat hasta el pasado año llegó al monasterio acompañado por el eurodiputado del PP Carlos Iturgaiz y no quiso hacer declaraciones a los periodistas, a los que dirigió una sonrisa y saludó con un "buenas noches".

“Un sacrificio personal para que Mariano Rajoy sea el próximo presidente del Gobierno y el PP gobierne España”. Así definió Francisco Camps su dimisión como presidente de la Generalitat Valenciana, de la que este viernes se cumple un año. Aquel 20 de julio, con el caso de los trajes de la trama Gürtel en plena efervescencia y ante la celebración inminente del juicio, Camps tiró la toalla.

Ese mismo día, forzado por la dirección nacional, iba a firmar la conformidad y declararse culpable, como hicieron Víctor Campos y Rafael Betoret. Sin embargo, optó por dimitir y encarar el juicio, donde finalmente fue absuelto por un jurado popular.

Un año después, poco queda de lo que se conoció como el campsismo, es decir, el aparato institucional surgido en el PP valenciano y en la Generalitat en torno a la figura del expresidente, forjado en su antagonismo con el anterior inquilino del Palau Eduardo Zaplana. Hoy, la mayoría de los entonces afines de Camps han abrazado la causa del nuevo jefe del Consell, Alberto Fabra. Gran parte del Gobierno autonómico sigue siendo el que conformó Camps, aunque ha habido dos remodelaciones.

Los principales cambios se han dado en el segundo escalafón y en la dirección del PPCV a la espera de una renovación profunda del Ejecutivo que sigue sin fecha.

Quienes resisten más o menos fieles a Camps están en el grupo parlamentario de Les Corts y en el denominado “sector cristiano” del PPCV, que lidera Cotino. En el hemiciclo se sienta todavía el expresidente, aunque cobra como miembro del Consell Jurídic Consultiu (CJC). Sus apariciones en público han causado incomodidad en el partido y en el entorno de Fabra, quien se ha desmarcado de la anterior gestión en repetidas ocasiones, sobre todo en cuestiones económicas y en la forma de abordar los casos de corrupción que han salpicado a diferentes altos cargos. La de estos días se suma a la que protagonizó en el inicio del curso pasado en Benicàssim (Castellón).