La posible salida del euro y las críticas a la austeridad marcan las elecciones griegas del día 17

  • Los dos partidos favoritos defienden seguir con el Euro, pero los conservadores acusan a los izquierdistas de tener una agenda oculta para sacar al país de la moneda común.
  • La recesión y la austeridad han provocado la caída del poder adquisitivo, un incremento del paro hasta el 22% y el cierre de un tercio de los negocios en Atenas.
  • Así está Grecia después del rescate.
Periodistas toman nota de las palabras del líder del partido socialista Pasok, Evángelos Venizelos.
Periodistas toman nota de las palabras del líder del partido socialista Pasok, Evángelos Venizelos.
Alexandros Vlachos / EFE
Periodistas toman nota de las palabras del líder del partido socialista Pasok, Evángelos Venizelos.

Las elecciones del próximo 17 de junio se han planteado desde dentro y fuera de Grecia como un plebiscito sobre la continuidad del país en la eurozona, pese a que los dos partidos favoritos defienden la permanencia en la moneda única, aunque con claras diferencias.

Los conservadores de Nueva Democracia (ND) acusan a los izquierdistas de Syriza de que su intención de derogar el memorándum firmado con la Unión Europea (UE) -por el que Grecia recibirá hasta 130.000 millones de euros a cambio de mayores medidas de austeridad- llevará al país de vuelta al dracma.

En cambio, para Syriza, sustituir las medidas de austeridad por otras de crecimiento es la única manera de seguir en la eurozona, puesto que opinan que el memorándum es la vía "automática" hacia la quiebra del Estado y el abandono de la divisa común.

Las cuentas del Estado griego no están, desde luego, para muchos movimientos a pesar de que la quita de deuda del pasado marzo la haya reducido de casi 370.000 millones a 280.000 (cantidad a la que falta sumar los préstamos que los socios europeos vayan entregando a Grecia).

Efectos de la austeridad

Según los medios griegos, la recaudación de impuestos se ha reducido un 20% en mayo entre otras causas por la inestabilidad del país y la incertidumbre, y porque el Gobierno saliente de socialdemócratas y conservadores aprobó un aplazamiento en el pago de declaraciones de la renta anual.

Así, se han incrementado los temores de que el Estado pueda entrar en suspensión de pagos en las próximas semanas o meses, mientras la falta de liquidez ya ha comenzado a afectar al funcionamiento de hospitales y a la distribución de medicinas.

En unas declaraciones al diario belga De Tijd, el ex primer ministro Lukás Papadimos consideró que el nuevo gobierno "tendrá poco margen de maniobra", una advertencia a la que se sumó la Comisión Europea (CE) en un reciente informe.

"Grecia debe poner en práctica las medidas descritas en el memorándum firmado el 14 de marzo de 2012. La asistencia financiera integrada de la comunidad internacional continuará sólo si la implementación (del memorándum) mejora", señala.

Según la CE, la economía griega se contraerá este año por quinto año consecutivo en un 4,75%, aunque algunos analistas creen que la cifra se acercará más al 6,9% registrado el pasado año.

La recesión y la austeridad han provocado un incremento del paro hasta el 22%, el cierre de un tercio de los negocios de Atenas y la caída del poder adquisitivo de gran parte de los griegos hasta cerca de la mitad, mientras más de un cuarto de la población vive bajo el umbral de la pobreza.

Así es que Syriza ha jugado la carta de un cambio radical -propone poner fin a la austeridad, investigar la deuda contraída por anteriores gobiernos y nacionalizar bancos y empresas clave- tratando de llevarse el voto del descontento, algo que muchas encuestas creen que logrará.

El problema es que estas medidas requerirán unos fondos de los que a día de hoy Grecia no dispone a no ser que el país decrete una suspensión de pagos de la deuda y no de los salarios y pensiones, lo que probablemente le enfrentaría con sus socios europeos (que poseen el 75% de la deuda griega).

"Creemos que Alemania no nos dejará caer, porque a nosotros nos seguirían España, Portugal e incluso Italia y eso provocaría la quiebra de la eurozona, lo que no creo que interese a Alemania", dijo una fuente de Syriza en unas declaraciones a EFE, para añadir: "Esa es nuestra estimación, y esperamos que sea la correcta".

"El programa de Syriza no es la salida de la UE o la eurozona, sino el único camino para salir de la crisis", dijo el líder de Syriza, Alexis Tsipras, el pasado día 6 en una reunión con representantes diplomáticos de los países del G20, y definió a su partido como "la izquierda del siglo XXI, que busca un socialismo con democracia y libertad".

"Queremos buscar una solución de acuerdo a nuestros socios, pero esta solución debe detener la destrucción actual, la reducción del PIB, el incremento del desempleo, la reducción de los salarios y del gasto del Estado vital para la salud y la seguridad de la población", añadió.

Antonis Samarás, líder de ND, ha criticado el "populismo" de Tsipras, acusándole de que su "verdadera agenda" es sacar al país de la moneda común, lo que significaría la "muerte" para Grecia.

Pero la cuestión es que, en su campaña electoral, Samarás también se ha apuntado a criticar el memorándum, a pesar de que en febrero envió una carta a los socios europeos comprometiéndose a cumplirlo.

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