Caminando sobre el mar en Gales

Excursionistas siguiendo la senda del Wales Coast Path.
Excursionistas siguiendo la senda del Wales Coast Path.
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Excursionistas siguiendo la senda del Wales Coast Path.

Considerada una de las rutas senderistas más espectaculares de Europa, el Wales Coast Path (Camino de la Costa de Gales) es un sendero de casi 1.400 kilómetros que bordea la escarpada costa galesa de un extremo a otro sin interrupciones. Un paraíso para caminar durante días, o incluso semanas, a través de acantilados, playas solitarias y verdes praderas pobladas de ovejas. Cojan la mochila y un buen calzado, porque viajamos al condado de Pembrokeshire para recorrer algunos de sus mejores tramos.

La villa marinera de Tenby es una base perfecta para instalarnos y empezar a caminar por el sur del condado. Es una pequeña ciudad medieval amurallada con magníficas playas de arena blanca. Sí, en Gales también hay playa. Y no siempre llueve. De hecho, es más fácil encontrar un día soleado que en muchas ciudades del norte de España como Bilbao o Santander. Solo tenemos que echar un vistazo a las concurridas playas de Tenby para comprobarlo. Y, de paso, aprovechamos para darnos un chapuzón frente al islote de Santa Catalina, al que se puede acceder a pie cuando baja la marea. En el centro de visitantes de la ciudad se pueden conseguir mapas de la zona o contratar un guía antes de recorrer la senda de Wales Coast Path.

La ruta que parte hacia el oeste atraviesa la pedregosa bahía de Stackpole, siempre azotada por el oleaje, y la solitaria playa de Barafundle, elegida una de las diez mejores de Gran Bretaña. El camino asciende luego los acantilados de St. Govan's Head, con sus impresionantes 50 metros de caída vertical sobre el mar. En una grieta de estas paredes de piedra encontramos la capilla de St. Govan, del siglo vi. Cuenta la leyenda que un monje la construyó después de aprovechar esa grieta para esconderse de un ataque de piratas irlandeses, habituales saqueadores de estas costas.

Al final de la ruta, y después de 20 km de marcha, llegamos a las lagunas de Bosherston, un acuífero natural donde habitan nutrias y garzas. Un entramado de puentes de madera nos permite recorrer la superficie en busca de estos animales.

¿Cansados? En Bosherton podemos coger el Coastal Cruiser para regresar a Tenby, un servicio de autobuses pensado para los senderistas con paradas en muchos puntos del Coast Path. Si todavía quedan fuerzas, podemos caminar 8 km más hacia el norte hasta Pembroke, la capital del condado, para visitar su magnífico castillo medieval.

La ciudad más pequeña de Gran Bretaña. Viajamos ahora al norte de Pembrokeshire hasta el pequeño pueblo de St. Davids. Perdón, ciudad de St. Davids. Los lugareños están orgullosos de ser la ciudad más pequeña de Gran Bretaña (1.800 habitantes), un título que ostenta desde la Edad Media gracias a su magnífica catedral del siglo xii, el lugar más sagrado para los galeses. St. Davids es otra base ideal para hacer senderismo por el Wales Coast Path. Todo su litoral forma parte del Parque Nacional de la Costa de Pembrokeshire y hay montones de rutas para elegir. La nuestra bordea la escarpada costa que se extiende entre la villa de Solva y St. Justinian (12 km).

El sonido de las olas del mar de Irlanda nos acompaña durante toda la caminata, solo alterado por el balido de las ovejas que pastan en los prados. Al final de la ruta nos espera la isla de Ramsey, hogar de focas y cientos de aves marinas como los alcatraces o los graciosos frailecillos. En St. Justinian se pueden alquilar barcas para visitarla y, con suerte, divisar delfines y alguna ballena merodeando por los alrededores.

Ruta por Gales, incluida en el mensual de 20 minutos.

Otra excursión muy atractiva, y más corta, arranca al norte de St. Davids, en la playa de Whitesands Bay, la más concurrida de la zona en verano y especialmente amada por los surfistas. Desde aquí iniciamos una ruta circular de 8 km alrededor de St. Davids Head, un promontorio que se adentra en el mar y que ofrece excelentes panorámicas de la costa desde sus casi 200 metros de altura. Por el camino encontramos vestigios celtas, como los restos de un antiguo fuerte de la Edad de Hierro o un dolmen con más de 5.000 años de antigüedad.

De vuelta a St. Davids, terminamos la jornada disfrutando de la cocina galesa, que destroza el mito del mal comer de los británicos. El cordero es el plato estrella, algo evidente con tanta oveja de por medio. Asado y con salsa de menta o estofado con puerros son dos formas tradicionales de cocinarlo, ambas deliciosas. El marisco también está presente en cualquier mesa galesa, con cangrejos, berberechos y langostas como protagonistas.

'Coastering', una dosis de adrenalina

La costa de Gales también ofrece la oportunidad de practicar deportes que requieren ciertas dosis de adrenalina. Uno de los más populares es el coastering, que consiste en saltar al mar desde lo alto de un acantilado. Es imprescindible contratar una empresa especializada para evitar daños, porque solo un monitor experto es capaz de indicar los lugares más apropiados para lanzarse al vacío minimizando los riesgos.

Además, proporcionará todo el material necesario para realizar la actividad (casco y traje de neopreno). www.preseliventure.co.uk es una de las empresas especializadas en coastering. También se puede practicar escalada en roca, surf, kite-surf o navegar en kayak por la costa

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