Mills, de 38 años, que había acordado previamente una visita para depositar allí a la hija común del matrimonio, Beatrice, de dos años, se encontró con que las puertas de la mansión, en el barrio de St.John's Wood, estaban cerradas.
Su escolta saltó entonces la valla que protege la casa para intentar abrir desde dentro, pero el personal al servicio del músico, creyendo que se trataba de un ladrón, llamó a la policía.
Paul McCartney, de 64 años, no se encontraba en ese momento en casa, señala el periódico, según el cual una patrulla de Scotland Yard se presentó finalmente, y Heather Mills pudo entrar y pasar la noche allí antes de entregar la hija a Paul.
El periódico, que publica varias fotos del incidente, califica lo ocurrido de una "humillación" para Heather Mills, actualmente en proceso de divorcio de McCartney.
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