'El laberinto' más infame de Irlanda del Norte se convierte en un centro para la paz

  • Se reconvertirá una de sus prisiones más infames en lugar para la resolución de conflictos.
  • 'The Maze' (El laberinto), donde entre 1971 y 2000 se encarceló a miembros del IRA, la UDA y la UVF, se convertirá en complejo para la mediación internacional.
  • "Será un punto de encuentro entre combatientes, políticos o víctimas", ha explicado los responsables.
  • El centro se inaugurará en 2015.
  • La UE colaborará con 15 millones de euros.
Imagen de 2006 de uno de los pasillos de celdas en 'The Maze'.
Imagen de 2006 de uno de los pasillos de celdas en 'The Maze'.
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Imagen de 2006 de uno de los pasillos de celdas en 'The Maze'.

Tras décadas de terrorismo entre católicos y protestantes, Irlanda del Norte emergerá como centro para la paz, con la reconversión de una de sus prisiones más infames en lugar para la resolución de conflictos. 'The Maze' (El laberinto), donde entre 1971 y 2000 se encarceló a miembros del Ejército Republicano Irlandés (IRA) y grupos leales a la Corona británica, como la UDA o la UVF, se habilitará como parte de un complejo para la mediación internacional.

El Centro de transformación de conflictos, que se inaugurará en 2015, cuenta con el respaldo de la Unión Europea (UE), que aportará 12 millones de libras (15 millones de euros) a un presupuesto de 60 millones de libras (73 millones de euros), dijo Tim Losty, responsable autonómico del proyecto.

"Queremos que sea un lugar de intercambio de opiniones, con representación de todos los puntos de vista (combatientes, políticos o víctimas); no para decirle a la gente lo que debe hacer, ya que eso no gusta, sino para mostrar nuestra experiencia y las conclusiones que hemos extraído", explicó.

La idea de reutilizar un área tan controvertida, en la que todavía se erige parte de los bloques-H que en 1981 acogieron la huelga de hambre de los presos del IRA como Bobby Sands, es fruto de la negociación entre los partidos que en 1998 firmaron el Acuerdo de Viernes Santo, que dio inicio al proceso de paz en esta provincia británica.

Aunque hay reticencias por el temor a que el centro se convierta en un altar a la causa republicana (con connotaciones más románticas que la de los unionistas protestantes) todos los bandos entienden que es una oportunidad para Irlanda del Norte.

Además del centro de mediación, el terreno (una antigua base de la Real Fuerza Aérea británica de más de 141 hectáreas, situado en la localidad de Lisburn) acogerá otras instalaciones, como complejos deportivos y de conferencias, para atraer el turismo y a los inversores. "Queremos enviar un mensaje claro de que las cosas aquí han cambiado", subrayó Losty.

Pese a que, desde hace 14 años, ya no hay oficialmente conflicto armado en Irlanda del Norte, nadie en este territorio da por hecho el proceso de paz y persisten atentados aislados de grupos disidentes. "Es algo gradual, en lo que hay que implicarse a diario", confesó Gerard O'Reilly, exmiembro del IRA y actual concejal del Sinn Féin en Belfast, que trabaja en barrios conflictivos de esa ciudad para rebajar las tensiones sobre el terreno.

Según O'Reilly, "todavía hay mucho resentimiento entre las comunidades católicas y protestantes, a menudo fruto de la ignorancia, y eso es lo que intentamos combatir, mostrando las ventajas que ofrece la paz".

El objetivo de Intercomm, la ONG que lidera, es que con el tiempo puedan derrumbarse los altos muros que aún separan a republicanos y unionistas en los puntos calientes de la capital.

Mientras antiguos paramilitares republicanos están en el Gobierno de poder compartido y siguen luchando en democracia por su sueño de una Irlanda unida, los excombatientes probritánicos se sienten "abandonados", aseguró Frankie Gallagher, exdirigente de la Asociación de Defensa del Ulster (UDA) reconvertido a trabajador social. Muchos antiguos miembros de la UDA o la Fuerza de Voluntarios del Ulster (UVF), igual que algunos republicanos, "están cayendo en una espiral de droga y crimen organizado", señaló.

Gallagher, que ahora lidera Charter NI, una organización que facilita la transición social del conflicto a la paz, dijo que la comunidad unionista está "desengañada" con unos representantes políticos que durante años les utilizaron como soldados y que, con la firma de la paz, les han abandonado a su suerte.

"Los republicanos tienen su lugar en la nueva sociedad, han podido limpiar su nombre, ocupar cargos públicos y seguir luchando por su causa, lo que está muy bien. Pero nosotros ahora no tenemos nada, solo problemas como el desempleo y la marginación social", lamentó.

Para Gallagher, la solución a este vacío es que sus correligionarios vuelvan a conectar con la política en "futuros partidos de centroizquierda que recojan las verdaderas preocupaciones de los ciudadanos".

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