El FIB, atrapado por las 'starlets'

Las claves:
Frank Black, líder de los Pixies, durante su actuación (Domenech Castelló / Efe).
Frank Black, líder de los Pixies, durante su actuación (Domenech Castelló / Efe).
Domenech Castelló / Efe
Frank Black, líder de los Pixies, durante su actuación (Domenech Castelló / Efe).

El FIB vive un momento dulce. No sólo se ha consolidado como el festival indie más importante de la Península (y, eso, en un año en el que la oferta festivalera se ha triplicado en todo el país). Además, su nombre comienza a figurar entre los grandes citas europeas.

Y eso se huele. Se respira. En el público -donde abundan las cabelleras rubias y las camisas floreadas en tonos pastel made in England-, en la asistencia -multitudinaria-, en las instalaciones -estrena nuevos rincones de música disco y nuevos cachivaches donde pasar el rato- y en un cartel popular y caro - carísimo- repleto de artistas cuya nómina produce mareos.

Atrapados en un escenario

El viernes, los organizadores reservaron para el Escenario Verde, el principal, un cartel encabezado por los que fueron a finales de los 80 la banda de referencia del rock alternativo norteamericano, Pixies, seguidos de cerca los superventas The Strokes.

Con semejante programa, que comenzó con Futureheads -una banda que, como sus compañeros Franz Ferdinand, apuesta por el pop rock visceral, y que ofrecieron una actuación correcta, pero menos enérgica que en otras ocasiones- fueron muy pocos los que se aventuraron por los confines de otras carpas y otros escenarios.

Ni el rock de calidad de Chris Brokaw, ni las bellas composiciones del cantautor francés Dominique A, llenas de drama y lirismo, lograron retener en el Escenario Vodafone a un público que partió en estampida cuando los pesos pesados de la jornada comenzaron a tocar los primeros acordes.

Menos suerte tuvieron, a las 3 de la mañana, los músicos asturianos -y excelentes- de

Manta Ray, que optaron por un repertorio más accesible y menos ruidista de lo habitual ante un auditorio ligeramente desangelado, después de que el público extranjero se disipara una vez que hubieron finalizado las actuaciones anglosajonas.

Sólo Tiga -que compartía horario con The Strokes-, consiguió un aforo mas que aceptable a base de samplers de electro-tecno.

Pixies, buena forma en el concierto más accidentado

La banda de Boston, formada en 1986, y con algún kilo de más, organizó una fiesta de grandes éxitos interpretados con acierto y desparpajo para un público que no paró de bailar durante todo su actuación.

La magia, sin embargo, se interrumpió durante 25 minutos, después de que los empujones del público hicieran casi ceder la valla frontal de contención.

Transcurrido este tiempo y arregalado el desaguisado, el tema Where is my mind consiguió retomar un concierto marcado por el pasado. Un pasado que, en esos momentos, no parecía tan lejano.

Entradas

Las entradas y abonos para el festival están agotados. Cada día la organización pone a la venta un 5% de las entradas totales del día en las taquillas.

El sábado, Morrisey y Franz Ferdinand, entre otros.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento