En su última exposición la pintora Dana Schutz (EE UU, 1976) muestra varios retratos al óleo de personas que bostezan de manera ostentosa, como si fuesen víctimas de un repentino ataque de cansancio o estuviesen profundamente aburridos. Sin embargo, hay la forma en que los cuadros están pintados —brusca, sincopada, rayados de modo repentino— algo que nos advierte que el bostezo quizá contenga algún significado existencial.
A Schutz, que es una artista en alza en los circuitos internacionales y tiene obra en las colecciones permanentes de varios museos de Europa y los EE UU, la han colocado bajo la sombra de Goya por la turbulencia de la acción que sucede en las situaciones que pinta (un hombre se inyecta heroína miengtras un vendaval parece llevarse por delante al resto del mundo, un pianista descalzo toca mientre le llueve encima, un exhibicionista abre su gabardina ante el espectador, los tripulantes de un barco se dedican a construirlo cuando ya navega en el mar...) y de Alex Katz por la intensidad del color.
Situaciones disfuncionales
La pintora expone ahora en la galería Friedrich Petzel de Nueva York Piano in the Rain (Piano bajo la lluvia), una colección de sus cuadros más recientes. La muestra, que estará abierta hasta el 16 de junio, vuelve a revelar a Schutz como una narradora visual de las situaciones disfuncionales y las realidades imposibles.
"Me gusta imaginar sistemas y situaciones para generar información. Las situaciones dan lugar a un espacio donde es necesario hacer algo. Me gusta que la realidad sea maleable y que los objetos pierdan su función", dice la artista, que causó un gran impacto cuando debutó, en 2004, con su serie Self Eaters and the People Who Love Them (Auto caníbales y la gente que los ama), en la que mostraba a seres alienados que se devoraban a sí mismos.
Marionetas inconscientes
Los personajes que ahora bostezan desde sus últimos cuadros tampoco parecen tener una idea clara de su destino: son actores, pero también marionetas inconscientes. La pintora los coloca en ambientes abstractos y atemporales, los pinta con maneras pop, pero los araña con raspadores y ceras, añadiendo una nueva capa a la percepción de pintura y mayor gravedad al tema.
Como anotó algún crítico hablando de la pintura de esta prometedora artista, Schutz parece disfrutar con la misma intensidad al dar vida a los personajes y colocarlos en escenarios de gran luminosidad plástica, como al quitársela, condenándolos a vagar en la indefensión.
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