Exceso de velocidad o rotura de una rueda. Son dos de las principales hipótesis que se barajan para explicar el descarrilamiento del tren en Valencia que ha causado al menos 34 víctimas mortales.

Estas causas, lanzadas por el subdelegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Luis Felipe Martínez, se contradicen con las declaraciones del Gobierno de la Generalitat, cuyos portavoces afirman que el tren fue revisado la semana pasada y estaba "en perfectas condiciones".

Según todos los datos recabados hasta el momento, el siniestro se produjo a unos 10 metros de la estación de Jesús, en la línea 1 del metro, cuando el tren que llegaba a la estación se salía de las vías y volcaba parcialmente.

El convoy siniestrado era una composición doble -denominada UTA 3700, de finales de los años 80-, cada una de ellas formado por varios vagones.

Según el testimonio de dos de los bomberos que han trabajado en el lugar de los hechos, parece que la primera unidad fue la que descarriló y volcó, lanzando a sus pasajeros al exterior.

En ese momento, la segunda unidad del tren pudo impactar contra la primera, causando un gran número de víctimas, siempre según las declaraciones de los bomberos recogidos por 20 Minutos.

En todo caso, fuentes de la investigación han insistido en señalar que se trata de una primera aproximación, ya que, a primeras horas de la tarde, los técnicos de FGV no habían podido acceder al interior del túnel pues la prioridad había sido evacuar a los heridos.

Revisado hace una semana

El tren que ha descarrilado "estaba en perfectas condiciones para poder funcionar", ya que fue revisado el pasado martes 27 de junio, según ha explicado el conseller de Infraestructuras y Transporte, José Ramón García Antón.

Según García Antón, los ejes de la unidad fueron cambiados en 2003 y las ruedas, revisadas el pasado 5 de mayo.

En declaraciones a los periodistas tras visitar la zona de la estación de Jesús, el conseller descartó las causas apuntadas desde la Subdelegación del Gobierno en el accidente del metro, pues según los datos que tiene ninguna rueda se rompió antes del siniestro y es "poco probable" un exceso de velocidad como origen del descarrilamiento.

García Antón añadió que también se descarta una posible sobrecarga de la unidad accidentada y que hasta que no se analice la "caja negra" del metro no podrá conocerse con exactitud la velocidad a la que iba el convoy antes de llegar a la estación de Jesús.

El consejero también explicó que, normalmente y con exceso de velocidad, es el segundo vagón el que vuelca y en este caso ha sido el primero de la unidad UTA 3700 accidentada el que ha volcado.

Además, anunció que a partir de ahora se potenciarán los controles y la vigilancia de los dispositivos de seguridad, que hasta ahora funcionaban de forma automática.

García Antón relató que el personal de FGV pudo acceder a la estación antes de que llegara la Policía, y en esa primera inspección "no vieron ninguna rueda rota ni rotura apreciable" en el convoy siniestrado.

El responsable autonómico señaló, también, que un comité de expertos se encargará de estudiar cómo se ha producido el descarrilamiento y posterior vuelco del convoy, que ha causado ya entre 34 y 36 muertos.

"Accidente fortuito"

"Todo apunta a que el accidente fue fortuito", ha explicado desde la Generalitat Valenciana su portavoz, Vicente Rambla.

Rambla, que no ha dado más explicaciones, considera que es una "imprudencia" hacer "valoraciones anticipadas" y "no basadas en criterios técnicos" sobre las causas del accidente.

Posteriormente, el delegado del Gobierno en la región, Antoni Bernabé, confirmó que el accidente no había sido "provocado", y aclaró que no se descarta ninguna otra hipótesis sobre las causas que lo han provocado.