La cultura urbana lo ha hecho suyo y sintoniza con la escena artística underground, pero su espíritu no es el de un artista callejero. Pieter Parra Janssen (Maastricht-Holanda, 1976) se identifica con el arte pop más clásico y el diseño experimental de los años sesenta. Su obra está más cerca de los carteles hippies del español Víctor Moscoso y de los muñecos fluorescentes de Keith Haring que de la cultura del espray.

Su apodo deriva de paranoid (paranoico en inglés). Con un estilo de colores vibrantes y curvas sencillas, Parra crea personajes excéntricos con características animales y humanas inmersos en escenas surrealistas, inteligentes y provocativas.

El holandés se ha convertido en un artista de culto desde que en los años noventa comenzó su carrera en Amsterdam como dibujante autodidacta, diseñando carteles y flyers para anunciar conciertos. Ahora es un referente del diseño gráfico y tras haber trabajado para grandes marcas como Nike, Converse, Vans o Zoo York, se permite el lujo de aceptar un número limitado de encargos cada año.

El trabajo entre cándido y perturbador del artista ha llegado por primera vez a un museo de los Estados Unidos. El Museo de Arte Moderno de San Francisco (Sfmoma) expone hasta el 29 de julio Weirded Out (Alucinado). La muestra, con trabajos recientes, documenta la transición que el creador holandés ha sufrido recientemente dejando en un segundo plano los trabajos en serie para interesarse por las obras de arte únicas.

El mural de casi 20 metros de largo que preside la exposición  y que el artista realizó en el Sfmoma, es una muestra del interés por la pieza irrepetible. El gran mosaico funciona como una panorámica de las características del dibujo de Parra, con tipografía experimental entrelazada con habilidad entre sus personajes fantásticos.

Confiesa sentirse extraño al pensar que su obra está colgada tan solo a unos metros de una pintura de Roy Lichtenstein y reconoce que, acostumbrado al cartel, el gran formato ha sido un reto para él. Protegido hasta ahora por el anonimato de un diseño popular, Parra se enfrenta ahora a los críticos de arte.