Cómo pintar el sufrimiento, la alegría, la tristeza, la ira...

  • Una exposición repasa el modo en que los artistas han afrontado las emociones humanas, desde el Renacimiento hasta ahora.
  • Las obras de clásicos como Goya, Rembrandt, Durero y Zurbarán se combinan con la fotografía y el videoarte actuales.
  • La muestra descubre el cambio en la representación del sentimiento, desde el equilibrio renacentista hasta la sinestesia del expresionismo.
Retrato anónimo de un bufón
Retrato anónimo de un bufón
Unknown artist - © Nationalmuseum
Retrato anónimo de un bufón

Son cinco siglos de retratos de alegría, tristeza, sufrimiento, melancolía y otras emociones extremas que se han traducido en expresiones faciales, gestos y lenguajes corporales diferentes según la época.

El Nationalmuseum de Estocolmo (Suecia) hace un repaso por los sentimientos humanos desde el Renacimiento hasta ahora con 200 obras de arte. Passioner (Pasiones) recopila trabajos de maestros como Goya, Rembrandt, Durero, Munch y Zurbarán, junto con creaciones de autores modernos como la fotógrafa Rineke Dijkstra y el videoartista Bill Viola.

El arte ha afrontado las emociones de modo muy diverso. En el retrato del siglo XVI, el autocontrol, el equilibrio y una calma estoica dominaban el gesto de los modelos. Las representaciones religiosas, sin embargo, ofrecían representaciones dramáticas del dolor y del sufrimiento con riqueza expresiva.

En el siglo XVII Charles Le Brun -pintor de la corte de Luis XIV- es el ejemplo más claro de la creciente preocupación por captar adecuadamente el rostro acertado para cada sentimiento. Creó un gran número de ilustraciones a modo de plantillas que mostraban cómo debían reflejarse las emociones en una obra de arte.

En una especie de catálogo, Le Brun compendió sus investigaciones para que fuesen utilizadas como guía po otros pintores. Los grabados de Caractères des passions (Rasgos de las pasiones) fueron muy populares en toda Europa hasta el siglo XIX.

La pseudociencia de la fisonomía

El nacimiento del psicoanálisis despertó un gran interés por el subconsciente humano en el cambio del siglo XIX al XX. Las teorías de Sigmund Freud se filtraron también en el arte con representaciones más subjetivas del ánimo, no sólo con expresiones tomadas de la realidad, sino con colores y formas.

El grito o Desesperación del pintor noruego Edvard Munch son muestra del poder que tuvieron en la representación humana las abstracciones de los sentimientos. El Expresionismo y otras vanguardias seguirían ahondando en la sinestesia.

Entre las obras más recientes el Nationalmuseum expone tres trabajos de Bill Viola, que concentra en videoinstalaciones los rasgos visibles de la emoción. The Quintet of the Astonished (El quinteto de los asombrados) presenta a cámara lenta la reacción facial de personas en un fuerte estado emocional.

Una sección de la muestra está dedicada a la pseudociencia de la fisonomía, que interpretaba la psique de una persona basándose en sus rasgos externos. También se exponen estudios y fotografías de principios del siglo XX que se detienen en rostros de personas bajo los efectos de la hipnosis y otras disciplinas. A lo largo del museo, los organizadores han puesto espejos para que los visitantes puedan observar sus reacciones emocionales -y las de otros- ante lo que ven.

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