En las películas americanas siempre hay alguna escena que se desarrolla en una de esas inmensas cocinas, del tamaño a veces de nuestro salón. Luego la realidad de los hogares suele ser diferente a la ficción: Cocinas en "L", cocinas como pasillos, cocinas sin luz natural... Pero hay modos de mejorarlas, de ganar amplitud en la cocina sin que ello vaya en detrimento de funcionalidad y comodidad.

La disposición del mobiliario tiene que ser perimétrica, es decir, aprovechando las paredes de la estancia y dejando el espacio libre en el centro.

La decoración debe de ser a medida, es decir, los muebles con las dimensiones justas para que se encajen perfectamente en el hueco correspondiente.

Los tonos claros ayudan a dar holgura al espacio, como los crudos y pasteles.

Los muebles blancos transmiten limpieza, además de reflejar más luz que otras tonalidades y texturas.

El orden juega un papel muy importante ya que facilita la labor en la cocina.

La encimera es un lugar clave al ser el lugar de trabajo. Debe quedar despejada. Para ello la mejor solución es instalar una barra donde ubicar los recipientes, espacios y utensilios de cocina.

Para ganar amplitud, un recurso son las bandejas giratorias, estos dispositivos están armados con una barra vertical a la que están unidas bandejas.

Usar una mesa auxiliar que se convierta en mesa "volada" que se adose a armarios o encimeras.

Los nuevos modelos en electrodomésticos apuestan por aparatos compactos de dimensiones reducidas, que además se suelen colocar en columna.