Las fuerzas del régimen sirio prosiguieron este miércoles con los bombardeos contra el bastión opositor de Homs, en el centro del país, donde este martes murieron al menos 46 personas, según la Comisión General de la Revolución Siria.

La organización opositora destacó que entre los fallecidos en la jornada de este miércoles hay dieciocho menores. Algunas agencias internacionales aseguran que serían 18 bebés prematuros que no habrían soportado los continuos cortes de luz que sufren los hospitales de la ciudad.

Esta mañana el ejército ataca con artillería los barrios de Al Jalidiya y de Al Bayada, mientras que en Al Inshaat la situación es crítica, ya que las comunicaciones y la electricidad están cortadas y las calles están ocupadas por los tanques de las Fuerzas Armadas.

Los "shabiha" o matones del régimen disparan indiscriminadamente y lanzan bombas de sonido para atemorizar a los habitantes.

La Comisión subrayó que no se sabe lo que ocurre en algunos distritos de Homs porque están totalmente aislados del resto de la ciudad.

El pasado viernes por la noche, Homs fue escenario de una masacre perpetrada por las fuerzas leales al presidente Bachar al Asad, que dejó entre 147 y 260 víctimas mortales, según distintas fuentes opositoras, que destacaron que fue la peor matanza desde el inicio de la revuelta.

El grupo agregó que agentes de los servicios secretos sirios cruzaron en las últimas horas la frontera con el Líbano para secuestrar a dos ciudadanos de Homs, que habían huido al país vecino.

La Comisión acusó al movimiento chií libanés Hizbulá de haber permitido a los servicios secretos sirios el secuestro y de haber colaborado con ellos.

Anoche, el líder de Hizbulá, Hasan Nasralá, negó que su organización ayude al régimen sirio en la represión de los opositores y denunció que algunos medios de comunicación "exageran y deforman los hechos", en un discurso televisado.