Devolverán la caca de perro a su propietario cuando no la recoja del suelo

Los servicios técnicos del ayuntamiento esperarán a que el infractor abandoni la caca para entregarle el excremento, ya sea en el mismo momento o en el propio consistorio. Buscan el escarnio público más que la sanción.
El ayuntamiento de Granollers tiene a punto una original campaña para intentar acabar con uno de los clásicos problemas de incivismo:
las cacas abandonadas de perro.

La idea consiste en que un técnico o empleado municipal entregará personalmente el excremento de la mascota a la persona que no la recoja de la vía pública.

Los servicios técnicos municipales han estudiado el problema y la manera como deben actuar.

Así, han descartado llamar la atención al incívico en el justo momento en que su mascota acaba de defecar, porque la respuesta del propietario cuando recibe la advertencia de la autoridad es siempre la misma: "Ahora la iba a recoger".

Por lo tanto los inspectores observarán como se comete la infracción y esperarán a que el propietario del perro se aleje lo suficiente como para que no haya duda que la intención era de abandonar la caca sin recogerla.

Será entonces cuando el técnico recoja el excremento y seguirá al incívico hasta entregarle la caca personalmente y recordarle que ha cometido un acto de incivismo muy molesto.

Cita en el ayuntamiento

Los técnicos valoran si hacerle la desagradable entrega en el momento, o bien, citar al infractor (en el caso de que lo conozcan) en el edificio consistorial y allá devolverle el excremento de su mascota.

Esta fórmula se aplica después del éxito logrado por el mismo ayuntamiento de Granollers con los vecinos que dejaban la bolsa de la basura fuera de los contenedores.

Más eficaz que la multa

En 2000, Granollers fue pionero en registrar la basura para identificar a los infractores y citarlos en el ayuntamiento. Con este sistema acabaron con siete puntos negros que había en la ciudad y citaron hasta 70 infractores.

En ningún caso pusieron multas pero la vergüenza pública que pasaron fue suficiente.

Hay que avergonzar al incívico

La experiencia de Granollers es una de las muchas que se pusieron en común la semana pasada en las jornadas Políticas locales de Civismo que, dirigidas a técnicos y concejales municipales, organizó la Diputación de Barcelona.

Uno de los ponentes, el catedrátrico de comunicación de la Universitat Autònoma de Barcelona Miquel de Moragas, defendió la actitud recriminatoria hacia los incívicos por crearles incomodidad y avergonzarlos.

Eso sí, para evitar cualquier reacción violenta, hay que utilizar un lenguaje amable e incluso un tono irónico-humorístico.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento