'Mr. Dictator Head', estadistas convertidos en Mr. Potato

  • El inglés Stephen Ives esculpe modificando muñecos con los que han jugado varias generaciones.
  • A partir del clásico Mr. Potato ha generado réplicas de Mao, Sadam Husein, Kim Jong-Il, Margaret Tatcher....
  • "Con 'Mr. Dictator' el público no se da cuenta hasta el final de que la base es una calavera, un recordatorio de los millones de muertos y la miseria de una dictadura".
Stephen Ives transforma a Sadam Husein
Stephen Ives transforma a Sadam Husein
Stephen Ives
Stephen Ives transforma a Sadam Husein

"La palabra bricolaje describe bien mi proceso y el concepto de mi trabajo. Utilizo montones de objetos que encuentro y compro: plásticos, modelos para montar, chatarra, juguetes... Lo junto todo en un collage 3D de ideas, referencias históricas y pop, viñetas y contrastes".

El artista inglés Stephen Ives trabaja en un estudio abarrotado de estímulos de plástico y hojalata. Entre el maremágnum hay patitos de goma, cabezas de muñecos, figuritas y vehículos. Dos flexos iluminan el área de trabajo con numerosas herramientas. Un pequeño ventilador de plástico se pierde en el caótico bodegón.

Ives lija, pule, rellena huecos, se vale de pequeñas plantillas, hace retoques manuales... Luego pinta con espray y pintura acrílica.

Esculpe para modificar los personajes infantiles a su antojo: unos muñecos de Lego se convierten en gánsters raperos, un tanque con la cabeza del pato Donald traslada a un buda robótico, una Barbie desarrolla doble personalidad: "Los juguetes son fáciles de conseguir y suelen tener un buen plástico duro con el que es fácil trabajar. Además contienen muchos de nuestros arquetipos sociales y símbolos de una manera sencilla: héroes, villanos, dioses, máquinas...".

Dictadores y dirigentes

Entre sus últimas creaciones está el proyecto Mr. Dictator Head, en claro homenaje a Mr.Potato, el clásico muñeco en forma de patata cuyo rostro se compone de elementos de quita y pon. Sobre la base modificada (una calavera) Ives construye los retratos de dictadores y dirigentes como Mao Zedong, Sadam Husein, Kim Jong-Il o Margaret Thatcher.

El público reacciona atraído por el color y el toque de humor. "Se ríe y quiere jugar con los modelos sin darse cuenta hasta el final de que la base es una calavera, un recordatorio del legado de los dictadores, millones de muertos y miseria".

Confiesa sentirse atraído por la guerra, un tema recurrente en sus obras. "No tengo interés en luchar en una o alistarme en el ejército, tiene más que ver con la irrealidad, el caos, la crudeza y la manera extrema en que los humanos reaccionamos ante ella positiva o negativamente".

En todas sus creaciones, salidas de su atestado estudio, busca el equilibrio entre esas sensaciones y  "el humor, la inteligencia, el absurdo y la belleza pasada de moda" para provocar reacciones con elementos conocidos y queridos por todos.

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