"Aquí venís sólo a robar"

El primer trabajo sobre las dificultades de los adolescentes inmigrantes hecho en España revela que éstos se sienten discriminados y víctimas del racismo.Dicen que en los colegios privados notan más actitudes racistas, y que las condiciones laborales son más duras para ellos.
Jorge y Álex (con gorra) charlan con sus amigos (foto: Jorge París).
Jorge y Álex (con gorra) charlan con sus amigos (foto: Jorge París).
Jorge París
Jorge y Álex (con gorra) charlan con sus amigos (foto: Jorge París).

No son inmigrantes de primera generación (los padres), ni de segunda (los hijos nacidos aquí).

Pertenecen a la generación uno y medio, la que conforman chicos y chicas que llegaron a España después que sus padres, a través de un proceso de reagrupación familiar, y que ahora tienen entre 13 y 17 años.

De su entorno y de las dificultades que ha supuesto en sus vidas el proceso migratorio trata el informe Racismo, Adolescencia e Inmigración, un estudio pionero en España que han llevado a cabo dos equipos de investigación de la UNED y de la Universidad Complutense con la dirección del sindicato UGT.

El trabajo se hizo a través de conversaciones directas con jóvenes de China, Rumanía, Marruecos, Ecuador, Bolivia, México, Cuba y España.

"A veces te sientes humillado"

Jorge nació en Ecuador, tiene 18 años, lleva casi tres en Madrid, odia el cambio de clima, tiene una novia española y confiesa que alguna vez se ha sentido "humillado" por los comentarios que ha tenido que escuchar por ser extranjero.

A mi hermano le han dicho que no vaya a la universidad. Me parece que nos infravaloran
Álex, su amigo de 17 años, también ecuatoriano, estuvo mucho tiempo sin ver a sus padres. A veces cree que los profesores discriminan a los inmigrantes: "A mi hermano le han dicho que no vaya a la universidad. Me parece que nos infravaloran".

María, la novia de Jorge, dice que los trabajos que les dan a los extranjeros no los quieren los españoles. Y que casi siempre les pagan poco y mal.

Sus problemas

Escuela: Prefieren los colegios y centros públicos, donde suele haber más proporción de alumnos extranjeros, a los concertados, en los que los chicos notan más actitudes racistas.

Profesores: «Una profesora me dijo que los latinos sólo venimos a robar, a que Madrid no progrese», cuenta una de las entrevistadas.

Discriminación: Los insultos –«sudaca de m...»–, la discriminación y el racismo se centran, sobre todo, en el color de piel, el aspecto físico o la forma de vestir.

Trabajo: Perciben un tratamiento discriminatorio en cuanto a salidas laborales. Algunos se quejan de que los profesores los animan a seguir cursos de formación antes que a estudiar en la universidad. Las condiciones de trabajo, dicen, suelen ser más duras para los extranjeros.

En silencio: Llanto, rabia o impotencia son los sentimientos que se derivan de las actitudes racistas de las que hablan los adolescentes. Algunos prefieren aguantar en silencio. Ni siquiera le cuentan la situación a sus familiares.

Gitanos: Algunos chicos extranjeros han asumido las mismas actitudes racistas de las que son víctimas, pero frente a los gitanos.

Bandas: Relacionan la existencia de las latinas como consecuencia de las de ultraderecha. Algunos ven en ellas una protección.

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