Presidente de Imaginarium apuesta por personas "creativas y transparentes" para mejorar la competitividad

Manuel Campo Vidal anima a los empresarios a "aliarse con la comunicación"

El presidente de la empresa juguetera Imaginarium, Félix Tena, ha apostado porque las empresas que quieran ser competitivas en los próximos "cinco a diez años" apuesten por formar sus plantillas con personas "creativas, directas, transparentes y con más capacidad de relacionarse", en la búsqueda de un perfil que ha definido como "leonardos da vincis".

Tena ha participado este jueves en una mesa redonda, moderada por el director del Instituto de Comunicación empresarial, Manuel Campo Vidal, y en la que han intervenido también el presidente de Digital Assests Deployment, Rodolfo Carpintier; el presidente de Gadea Pharmaceutical Group, Gerardo Gutiérrez; y el presidente de Grupo Incosa, José Santiago Vega. En el encuentro se ha debatido sobre las características que deben tener "las empresas del Siglo XXI".

Tena ha preferido hablar de las personas que componen las empresas y ha apuntado al perfil del artista e inventor del Renacimiento Leonardo Da Vinci. A su juicio, las compañías que pretendan crecer y ser competitivas en el mercado "no el Siglo XXI sino en los próximos cinco o diez años" deben tener en su plantilla "más personas creativas, directas, transparentes y con mejor capacidad de relacionarse".

El responsable de la empresa del sector del juguete ha expuesto el punto de vista de un "optimista convencido" y ha explicado que las claves tienen que ver con "la fuerza más potente del universo, que no es la capacidad financiera sino la capacidad que tienen las personas de hacer cosas".

Más relacionado con su ámbito de negocio, ha incidido en que en un Mundo "banalizado", como considera que está el actual, "jugar es esencial para tener una sociedad mejor en el futuro".

Por su parte, el presidente de la empresa de infraestructuras Incosa ha defendido que las cuatro premisas básicas son la innovación, la implantación en nuevos mercados, el tamaño de las empresas españolas y la formación y profesionalización de las personas. En este sentido, Vega ha reflexionado sobre la competitividad de las empresas españolas.

"No estoy tan satisfecho con ella. Veo a nuestros competidores europeos, americanos, chinos, indios... y nos cuesta llegar a ese nivel de competitividad", ha manifestado En este sentido, destacó los aspectos en los que a su juicio nos superan otros mercados, como que "tienen directivos altamente profesionalizados, con una formación más acorde con el mercado global y están más adelantados en el tema de la movilidad".

Por su parte, Rodolfo Carpintier, ha utilizado su experiencia en el sector de la búsqueda de inversiones en proyectos de nuevas tecnologías una demostración de "entusiasmo excepcional" en el ambiente general. "Cada día veo gente en la calle con ganas de cambiar las cosas; en estos 5 años hemos ayudado a salir adelante a 37 empresas, de las que diez o doce ya tienen expansión global; hemos creado 2.000 empleos. Hay que dejar de hablar de crisis y hay que mirar a la gente que realmente sabe cómo es el mundo del siglo XXI", ha destacado.

Competitividad "no es sólo costes"

Gerardo Gutiérrez, de la compañía castellanoleonesa Gadea Pharmaceutical Group, expuso su propia visión de la competitividad y ha defendido que "hay quien la entiende como una cuestión de costes, pero son muchas otras cosas. Somos mejores que los indios y que los chinos a la hora de vender, por eso ellos fabrican pero, sin embargo, externalizan el marketing". Pese a ello, ha reprochado que muchas empresas españolas tienen la idea de "bajar los precios" para ser más competitivas.

Previamente, el moderador Campo Vidal había comparecido ante el auditorio, conformado por cientos de empresarios, para defender la necesidad de una buena comunicación para conseguir el éxito comercial. En este sentido, ha abogado por una "alianza" entre estos dos conceptos pues considera que "la capacidad de comunicación de los empresarios está en una relación directa con la capacidad de ganar mercados".

Campo Vidal ha contrapuesto el modelo de comunicación en público que suelen tener los españoles "parapetados en un atril que parece una barrera taurina" con los estadounidenses que "convierten las presentaciones en shows". Sin embargo, ha matizado que, pese a que existe cierta desventaja, se puede "recuperar terreno" estructurando el discurso "para que se entienda".

Por ello, ha apuntado que en su trabajo de asesoramiento a empresarios en materia comunicativa ha detectado diversos errores habituales como la improvisación, la falta de escucha o el "descontrol del tiempo", con la anécdota de que su intervención ha comenzado con media hora de retraso sobre el horario previsto.

Además, ha hablado de otros problemas como la "arrogancia" el hecho de "no saber empezar ni terminar" y la necesidad de incluir las emociones, por que considera que los comunicadores necesitan "tener entusiasmo contando las cosas". Del mismo modo, ha reclamado que no se den las "noticias buenas como si se está hablando de una desgracia".

Ha reivindicado también que las empresas se "preocupen" por la comunicación en otros aspectos como las relaciones con los medios de comunicación, pues los horarios de las conferencias o de las ruedas de prensa en ocasiones no tienen en cuenta la hora de cierre de los periódicos o la de emisión de los noticiarios.

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