El acusado de empujar al tren a un guardia civil en una persecución en Siero pide su libertad provisional

El joven acusado de haber empujado contra un convoy de FEVE durante una persecución en Siero a un guardia civil del Puesto de Noreña, que resultó herido grave, ha pedido su puesta en libertad provisional. El acusado, representado por el letrado José Manuel Fernández González, ha hecho esta petición con base a que no existen pruebas que sustenten que lo empujó al tren, ya que ni lo vio el maquinista ni el propio agente al llamar al 112 lo dijo, al contrario, señaló que se había caído en una zanja, han explicado a Europa Press fuentes jurídicas.

El joven acusado de haber empujado contra un convoy de FEVE durante una persecución en Siero a un guardia civil del Puesto de Noreña, que resultó herido grave, ha pedido su puesta en libertad provisional. El acusado, representado por el letrado José Manuel Fernández González, ha hecho esta petición con base a que no existen pruebas que sustenten que lo empujó al tren, ya que ni lo vio el maquinista ni el propio agente al llamar al 112 lo dijo, al contrario, señaló que se había caído en una zanja, han explicado a Europa Press fuentes jurídicas.

Por estos hechos, que tuvieron lugar el pasado 14 de junio, A.M.M. fue detenido junto a M.J.R.F.. A ambos se les acusa de un delito de hurto a una empresa de Meres (Siero), mientras que al primero se le imputa también un delito de homicidio en grado de tentativa, al sospechar pudo empujar al agente contra las unidades de FEVE que pasaban en ese momento, en el tramo entre Tiñana y Meres, a la altura de la nave Open Truck. El caso está en manos del Juzgado de Instrucción número 3 de Siero.

Hasta el lugar del suceso habían acudido dos agentes del Puesto de Noreña, al recibir la llamada de que estaban sustrayendo material del interior de unos camiones estacionados en una nave. Una vez allí, el dueño les indicó que habían huido en dirección al bosque el Palacio de Meres.

Iniciada la búsqueda, junto a un riachuelo pegado a las vías de FEVE encontraron a tres individuos, que al darles el alto echaron a correr. En un momento dado, dos de ellos toman direcciones opuestas, uno hacia Oviedo y otro hacia El Berrón (Siero), por lo que los agentes deciden perseguir cada uno a uno de ellos.

Según la versión de la Guardia Civil, durante el forcejeo con A.M.M., este pudo empujar al agente contra el convoy de FEVE que pasaba en esos momentos. El citado agente dio avisó de que se encontraba inmóvil en una zanja, que no podía mover las piernas y le dolía la espalda.

La víctima, que se se encontraba a unos 300 metros de la estación de tren Meres-Siero, fue trasladada con pronóstico reservado por la UVI móvil que se personó en el lugar hasta el hospital Centro Médico de Oviedo, dado las lesiones internas que sufría.

El sospechoso, con domicilio en Oviedo, fue finalmente detenido por otros agentes, así como otro de los huidos, residente en Gijón, mientras que el tercero lo fue, pero no en ese momento. Asimismo, uno de lo maquinistas de FEVE había alertado al 112 de que había sentido un fuerte golpe en el tren. Este relató posteriormente a la Guardia Civil que había visto a un agente forcejear con una persona de etnia gitana en las vías, por lo que les pitó y activó los frenos, a lo que estos se apartaron.

No obstante, cuando pasaba junto a ambos, oyó un golpe. Una vez detenida la máquina, no observó a ninguna persona en el exterior y tras recibir el permiso del Puesto de Mando de El Berrón, siguió su trayecto. También el agente que participó en la persecución de los sospechosos indicó que su compañero le contó que le había empujado, si bien este último no pudo confirmarlo cuando le prestaron declaración.

Material valorado en 1.000 EUROS

En cuanto al delito de hurto, el apoderado de la nave relató en su día que se sorprendió a dos personas en la explanada, una de ellas de etnia gitana y otra sudamericana. La primera huyó, mientras que la segunda le devolvió el material que llevaba en las manos, dos focos de caminó, y salió corriendo. Al acercarse a la furgoneta en la que habían venido estos, comprobó que lo tenían preparado para cargar unos 1.000 kilos de hierro y material por importe de unos 1.000 euros. Esa no era la primera vez que la nave había sufrido un robo.

La versión dista de la del detenido M.J.R.F., quien aseguró que el otro detenido y él fueron a la nave porque una tercera persona les pidió que le acompañaran a recoger chatarra -baterías de camiones viejos, fundamentalmente—, que se la regalaban en la empresa en la que trabajaba. Al ser sorprendidos por el dueño, los otros dos huyeron y a él, tras explicarle lo ocurrido al propietario, lo dejó marchar.

No obstante, cuando iban a recuperar la furgoneta, vieron llegar a la Guardia Civil y salieron corriendo, cayendo él en un riachuelo y viendo que sus dos compañeros se separaban cada uno en una dirección.

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