"No hay que tener miedo cuando realizas un trabajo en el que crees. La honestidad es el principio de la creación y el mensaje de la obra es más importante que los diferentes estilos y técnicas pictóricas". Antonio Castelló Avilleira (Madrid, 1972) no le tiene miedo a las modas ni a la extravagancia artística. Pasó del impresionismo de sus inicios al hiperrealismo más riguroso.

Encuentra los temas de sus obras en el brillo suculento de la fruta, la mueca de una boca infantil o el vacío absoluto del campo castellano. "En el mundo que me rodea encuentro motivos para poder expresar mis sentimientos. En las cosas más sencillas, si sabemos verlas, podemos encontrar el universo entero", dice con llaneza.

Pero nada es tan sencillo cuando se observa con detenimiento. El hiperrealismo de la técnica -depurada, clásica y perfecta- contrasta con un enfoque poco habitual. Si Castelló hace algo parecido a un bodegón, son planos cerrados de frutas (muchas veces exóticas y atípicas en la pintura europea); los paisajes son fotográficos más que pictóricos: imágenes de campo abierto, sin accidentes geográficos o construcciones que engrandezcan la escena.

Con su último proyecto, el pintor sigue forzando el límite de lo que todos tenemos en la cabeza cuando hablamos de hiperrealismo. Atrapados mezcla óleo sobre madera con objetos reales. Un ratón de ordenador, botes de cristal o una jeringuilla son algunos ejemplos de cómo el artista ha querido "potenciar el concepto y hacerlo más físico a la vez que visual".

Hay pequeños cuadros de ojos conectados con cables entre sí o un martillo golpeando un cubo con una boca fruncida pintada al óleo. Castelló se adentra en la heterodoxia de combinar figuración y arte conceptual "con el fin de representar "las diversas dependencias de la sociedad en la que vivimos".

De vida sencilla y disciplinada, admirador declarado de los pintores Eduardo Naranjo y Antonio López, "un poco maniático del orden en el estudio", con su obra quiere "investigar sobre la naturaleza y la esencia humana" y que el público afronte su obra "olvidándose de todo, para que las ideas fluyan con total libertad".

Su trabajo se puede ver en la exposición colectiva Figurativas' 11, en el Museo Casa de la Moneda de Madrid. La muestra viajará en noviembre al Museo Europeo de Arte Moderno de Barcelona.