Hilario Obregón Ruiz y Manuel Ángel Romero Valero serán ordenados sacerdotes por el obispo de Santander, Vicente Jiménez Zamora, en el transcurso de una misa que se celebrará este miércoles, 12 de octubre, a las 18 horas en la Catedral.

Ante la incorporación de dos nuevos presbíteros al servicio pastoral de la Diócesis cántabra, el obispo ha calificado "de buena noticia" este acontecimiento, que además "llena de alegría a toda nuestra Iglesia, especialmente al Seminario, que ve recompensado el esfuerzo de formadores, profesores, directores espirituales y personal de servicio".

Hilario Obregón, natural de Santander, accede al sacerdocio con 54 años de edad y tras ser ordenado diácono en abril de 2008. Aunque inicialmente no se planteó llegar al sacerdocio, "el Señor me fue pidiendo más, así que dejé mi trabajo y me decidí a prepararme para ser sacerdote en el Seminario de Corbán".

Ante su ordenación de mañana, fiesta de Nuestra Señora del Pilar, manifestó "sentirse feliz", al igual que sus padres y nueve hermanos; entusiasmo compartido también "por mis amigos, entre ellos los que practicaban atletismo conmigo en mis años de deportista", destacó.

Obregón cantará su primera misa este próximo domingo 16 en la iglesia de Santa María reparadora de Santander, a las 12 de la mañana. A esta comunidad parroquial está "muy vinculado" desde hace 27 años, ya que "en su ambiente pastoral nació y maduró mi vocación".

Desde el 2008, año en que fue ordenado diácono, ha servido en varias parroquias del valle de Toranzo y Villafufre, donde ha estado acompañado por el sacerdote José Reinerio Fernández, "que me ha enseñado cómo servir a la Iglesia y con el que he obtenido una gran experiencia pastoral y humana".

Por su parte, Manuel Ángel Romero, de 41 años de edad y natural de Santander, es el segundo seminarista que recibirá este miércoles el sacramento del orden sacerdotal de manos del obispo.

Durante estos días previos, ha permanecido de retiro en el monasterio cisterciense de Cóbreces, junto a su compañero Hilario. La vocación de Manuel Ángel Romero se despertó a los 20 años, pero no tomó la decisión de entrar en el seminario de Corbán hasta los 35.

Antes su vida había transcurrido "como la de un joven más, aunque siempre percibiendo la llamada de Dios en diferentes momentos y con distinta intensidad". Recuerda, "con especial cariño", la parroquia de los Franciscanos, donde "fui bautizado, recibí mi primera Comunión y Confirmación y donde también fui catequista".

Por este motivo, Manuel Ángel cantará su primera misa en esta parroquia de la calle Perines, este próximo jueves 13, a las ocho de la tarde; acontecimiento "en el que tendré muy presente al padre franciscano Agustín Ecenarro, que tanto influyó en mi vocación", recordó.

Antes de inclinarse por la vida sacerdotal, Manuel Ángel Romero pasó por la Universidad de Cantabria donde estudió varios años Derecho, pero "las circunstancias me llevaron a trabajar y, tras el planteamiento formal de mi vocación, abandoné mi trabajo para dedicarme a Dios y a las personas que me pudieran necesitar en la Iglesia".

Aunque en su familia "hubo divisiones de pareceres ante su decisión", lo cierto es que "después de estos años, todos están muy felices y contentos, y de hecho estos días están más nerviosos que yo ante el acontecimiento de mi ordenación, que espero con ilusión y ganas".

Mensaje del obispo

El obispo ha felicitado "de todo corazón" a estos dos nuevos sacerdotes "por haber llegado a la meta", y también a sus padres y familia por "haber entregado a sus hijos para servir a Cristo y a la Iglesia".

"Si la falta de sacerdotes es ciertamente la tristeza de la Iglesia, la respuesta vocacional de los seminaristas es, sin embargo, nuestra alegría y nuestro gozo", ha reflexionado Jiménez Zamora.