La escritora Sara Mesa promociona estos días en Sevilla su libro 'Un incendio invisible', una novela que retrata "el vacío y lo absurdo" de la sociedad contemporánea, y con la que la autora ha conseguido el Premio Málaga de Novela 2011 dotado de 24.000 euros. El libro cuenta la historia de los últimos días de una ciudad, Vado, que está siendo repentinamente abandonada por sus habitantes, y poblada de personajes situados al límite de la realidad.

En una entrevista a Europa Press, Mesa —"ilusionada" con este galardón porque "supone tener más lectores y más visibilidad que antes", apunta— ha explicado, sobre el origen de esta novela, que pese a que habitualmente sus trabajos no se basan en hecho reales, en este caso "se ha inspirado en el tema de la ciudad de Detroit, que ha perdido muchos habitantes en los últimos años", y "aunque no es el detonante, le llamó mucho la atención y le pareció muy sugerente contar la historia de una ciudad que se está quedando vacía", señala.

Asimismo, sobre la relación de Sevilla y Vado, la autora —madrileña pero afincada en la capital andaluza— ha manifestado que en su ciudad inventada hay un escenario "muy simbólico" como es el puerto fluvial, así que "cuando yo escribía esa parte me recreaba en imágenes de Sevilla", aunque, insiste, "en cualquier caso Vado es una ciudad inventada, y Sevilla no tiene que ver mucho con ella".

Por otra parte, la autora ha destacado su deseo de que esta novela "sea atemporal", y ha reconocido que "el tema de las ciudades abandonadas como un espacio opresivo en el que los personajes se enfrentan entre ellos y consigo mismo porque no tienen escapatoria es un tema que me interesaba", así que "probablemente hubiera escrito una novela similar en otras circunstancias sociales", asegura la autora. Por ello, "quiero pensar que este libro se leerá más adelante, cuando las cosas cambien y seguirá valiendo de la misma manera", afirma.

Al hilo de lo anterior, también ha querido dejar claro que 'Un incendio invisible' "tiene un trasfondo pesimista, pero de pesimismo-realismo", porque la literatura que "a mí me interesa tanto para leer como para escribir es la que se enfrenta a temas actuales, a problemas, a cuestiones difíciles, y en este caso siempre que te enfrentas a eso es resultado tiene un barniz de pesimismo", pero "es más bien un espejo en el que se manifiestan una serie de historias", añade.

Por último, acerca de que la literatura pueda convertirse en un cauce de acción ante el derrumbe de la sociedad actual, Mesa ha afirmado que "uno no puede aspirar a que con la literatura cambien las cosas, porque no tiene ese cometido, ni la presencia social necesaria para servir de estímulo de conciencias". En este sentido, la también autora de relatos como 'La sobriedad del galápago' y 'No es fácil ser verde', del poemario 'Este jilguero agenda' y de la novela 'El trepador de cerebros', ha indicado que "si uno quiere influir en la sociedad con alguna reflexión, lo normal es que escriba un ensayo, o hacerlo a través del periodismo".