El agresor de la mujer embarazada era un indigente con múltiples antecedentes policiales

  • Iván Berral Cid, de 34 años, vivía habitualmente en la calle, solía dormir en los albergues para personas sin hogar y no conocía a las víctimas.
  • Era un indigente con múltiples antecedentes por malos tratos en el ámbito familiar, narcotráfico, resistencia a la autoridad, lesiones y amenazas.
  • Un hombre mata a una embarazada | "Es pronto para saber los daños del bebé".
Sámur y policías frente a la puerta de la iglesia de Ciudad Lineal.
Sámur y policías frente a la puerta de la iglesia de Ciudad Lineal.
JORGE PARÍS
Sámur y policías frente a la puerta de la iglesia de Ciudad Lineal.

El hombre que tiroteó este jueves en una iglesia de Madrid a dos mujeres, una de ellas embarazada, era un indigente con múltiples antecedentes por malos tratos en el ámbito familiar, narcotráfico, resistencia y atentado a la autoridad, lesiones y amenazas, y no tenía ningún vínculo con las víctimas. Al parecer, efectuó cuatro disparos en el interior del templo y entre sus ropas se ha encontrado un papel a modo de despedida, cuyo texto no ha sido revelado al haberse decretado secreto de sumario.

Así lo ha informado la Jefatura Superior de Policía de Madrid que ha identificado al agresor como Iván Berral Cid, de 34 años, que vivía habitualmente en la calle y solía dormir en los albergues para personas sin hogar.

La mujer embarazada, Rocío P.O., tenía 36 años y falleció en el mismo templo. El agresor, que se suicidó en el mismo lugar de los hechos, empleó un arma corta de fogueo manipulada para que pudiera hacer fuego real. La pistola está siendo analizada ahora por los expertos de balística de la Policía Nacional.

De la investigación del crimen se ha hecho cargo el Grupo V de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, que ha interrogado a los familiares de las víctimas y a los testigos del suceso.

"Ansioso, no alterado"

Francisco Santos, el cura de la parroquia de Santa María del Pinar de Madrid, ha contado este viernes que el agresor había estado merodeando en torno a la iglesia y que parecía "ansioso, no alterado" y mantenía un comportamiento "correcto, no agresivo". El sacerdote ha relatado a los periodistas que le había visto por la parroquia sobre las seis y diez de la tarde, unas dos horas antes de la misa.

Hacia las seis y veinte entró y salió varias veces del templo y preguntó "de forma ansiosa" a unas 10 personas a qué hora era la misa de esa tarde, lo que le pareció "un poco extraño". No le había visto nunca por el barrio y nadie con quien ha hablado después lo conocía.

Sin embargo, a la víctima, una mujer embarazada de 36 años, y a su madre, que esperaban el comienzo de la misa en uno de los bancos del fondo de la iglesia, sí las conocía de cara. Santos estaba a punto de empezar la misa, para la que había unas 60 personas. Había salido a encender las velas y había regresado a la sacristía para vestirse cuando escuchó las detonaciones, por lo que no vio directamente lo sucedido.

Lo que sabe de lo ocurrido se lo contaron otras personas: que el hombre llevaba una funda de raqueta de pádel de la que extrajo la pistola, que vestía pantalón corto de cuadros, camiseta y gorra blanca, que entró "sin mediar palabra" y disparó a la víctima mortal y a otra mujer que estaba un poco más adelante a la que hirió.

Le contaron también, ha dicho, que el agresor recorrió todo el pasillo central de la iglesia hasta cerca del altar, se arrodilló y se descerrajó un tiro en la boca. Hoy, recuerda que cuando salió vio "escenas terribles", que "la gente estaba tirada en el suelo" y que "los minutos que pasaron hasta que llegaron el Samur y la Policía fueron eternos". Además, ha destacado que el comportamiento de los feligreses fue magnífico. "El comportamiento cívico -ha declarado- fue de diez".

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