La camarera del bar de Siero donde fue asesinado un joven dice que el dueño y acusado le pidió que no le delatara

La autopsia del cliente fallecido reveló que había consumido alcohol y cocaína
El Abogado Defensor Conversa Con Familiares Del Acusado Del Crimen De Siero
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EUROPA PRESS
El Abogado Defensor Conversa Con Familiares Del Acusado Del Crimen De Siero

La camarera del bar Diamante, en Pola de Siero, donde fue asesinado en febrero de 2009 un joven de 30 años ha declarado que el propietario del establecimiento y único acusado, Adrián C.P., le ordenó limpiar la sangre y le pidió que no dijera que había sido él el autor del apuñalamiento. La declaración de la joven, citada como testigo, ha tenido lugar en la segunda sesión de la vista con jurado popular que se celebra esta semana en la Segunda Sesión de la Audiencia Provincial de Oviedo.

A preguntas de las partes, ha relatado que tras la pelea el acusado hizo un gesto amenazante a la víctima con el dedo índice de lado a lado de la yugular. Asimismo, ha señalado que minutos antes del suceso su jefe y la novia accedieron a los baños del bar, se escucharon golpes que le obligaron a subir la música y ella salió con un ojo amoratado.

La joven, que entonces tenía 17 años, ha dicho que el fallecido estaba tomando unas copas con unos amigos, "un poco borracho", aunque sin increpar a nadie ni generar problemas en el bar. "Creo que estaban drogados, pero no lo vi", ha añadido. La testigo no ha podido precisar quién empezó la pelea, si bien, una vez en el suelo, ha asegurado que era la víctima quien estaba debajo.

La camarera ha contradicho al acusado al asegurar que nunca había visto en el bar la navaja con la que supuestamente se produjo la agresión e indicar que en el local "sólo había cuchillos de pelar patatas". La joven también ha indicado que su entonces jefe no se preocupó por el estado de salud de la víctima, sino que, tras la agresión, "se marchó rápido" del lugar.

"se abalanzó sobre él"

Segunda en prestar declaración, una amiga de ésta, presente aquella noche, ha indicado que el fallecido estaba tomando algo en la barra "sin meterse con nadie" cuando el acusado "sacó la navaja, se abalanzó sobre él y cuando se levantó -del suelo- ya estaba apuñalado". Además, ha apuntado que ella salió tras el acusado cuando éste se disponía a abandonar el bar y le recriminó que dejara sola a la camarera, a lo que únicamente el hombre replicó que "de esta" le caería "cadena perpetua".

Por su parte, el novio de la camarera ha dicho que cuando entró al bar por segunda vez encontró a su pareja llorando nerviosa y limpiando la sangre con una fregona.

Tras ellos, un compañero de trabajo del fallecido ha narrado en el juicio que el día que sucedieron los hechos habían bebido "bastante", pero la actitud de su amigo era "la de siempre". En este sentido, ha explicado que "no era para nada agresivo" y que tampoco consumió cocaína en su presencia.

La pareja del procesado, de nacionalidad brasileña, ha reconocido que sobre las 20.00 horas de ese día ambos discutieron "por cosas de casa y del trabajo" y el acusado le dijo que no tocara a sus amigos porque era un comportamiento propio "de putas". Preguntada por lo sucedido, ha dicho que tras la pelea su novio se fue del bar y después de buscarlo sin éxito ella regresó "rápido" a la puerta del local, donde yacía la víctima, para alertar a la policía y pedir una ambulancia. Según su testimonio, el joven presentaba una herida en el tórax que dejó "unas gotitas de sangre" en el suelo del establecimiento.

En la ronda de testificales también han comparecido tanto la viuda como la madre del fallecido, que han aclarado que no han recibido indemnización ni perdón por parte del supuesto autor ni de su entorno.

Tras un receso, varios médicos forenses han explicado que el cuerpo del hombre presentaba "una herida profunda de trayectoria horizontal" que le atravesaba el tórax de derecha a izquierda, "perfectamente compatible" con la navaja incautada, de 16 centímetros de hoja, así como varias lesiones craneales y erosiones en ceja y mejilla asociadas a "una refriega o agresión". 'SUPRAVITALIDAD'

En su declaración, los doctores han concluido que se trató de "una muerte homicida violenta por una herida con arma blanca" que originó un sangrado "importante". No obstante, han aclarado que pudo darse una circunstancia, a la que se han referido como "supravitalidad", por la que el fallecido podría haber realizado movimientos y acciones tras el apuñalamiento, pese a haber sufrido lesiones "incompatibles con la vida".

Los peritos han descartado a preguntas de la acusación particular la hipótesis de que la víctima se hubiera caído sobre la navaja, puesto que "no presentaba marcas en la piel, ni en puntos de apoyo, como rodillas o codos". Además, han abundado en que los análisis revelaron que su cuerpo contenía una sustancia resultante del consumo de alcohol y cocaína que "potencialmente genera una disminución de los reflejos y posibles comportamientos violentos".

Tras ellos, los policías que participaron en la inspección ocular han relatado que la navaja de la agresión es, por sus dimensiones, "un arma prohibida" y han recordado que la misma fue recuperada de una alcantarilla de unos dos metros de profundidad, con un flujo continuo de agua que no impedía, sin embargo, su visión desde la calle.

El juicio, en el que el acusado se enfrenta a penas que oscilan entre los 15 y los 18 años de cárcel, continuará este jueves con nuevos testigos y peritos y la fijación de las posiciones de las partes personadas en la causa. Previsiblemente, el fallo se hará público horas más tarde, una vez concluyan las deliberaciones del jurado.

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