La Iglesia de Santa Eulàlia de Palma estrenará este viernes en su capilla una escultura del mallorquín Fray Juníper Serra, quien en el siglo XVIII fundó varias misiones en la Alta California, como Los Ángeles, San Francisco, Sacramento y San Diego.

Así lo ha informado a Europa Press el párroco de la citada Iglesia, Antonio Alzamora, quien ha detallado que el acto tendrá lugar a las 20.00 horas y al mismo ya han confirmado su asistencia el alcalde de Palma, Mateo Isern, la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Salom y el presidente de la Asociación de Fray Juníper Serra, Bartolomé Bestard.

Concretamente, el acto consistirá en una bendición de la estatua de 1,50 metros de estatura, que ha sido cedida de manera gratuita por el escultor mallorquín Juan Roig, si bien previamente, se llevará a cabo una iluminación musicalizada de la Iglesia, a cargo del ingeniero José Pascual. Además, el programa estará amenizado por la coral 'Voces Amigas', dirigida por Fernando Núñez.

Alzamora ha destacado que ésta será la primera estutua del conocido como Apóstol de California, que estará ubicada en el interior de una Iglesia en la capital balear. No obstante, ha recordado que ya existe una escultura "monumental" de Fray Juníper Serra en el exterior de la Iglesia de San Franciso.

Por otro lado, ha detallado que la figura estará situada en la capilla de Sant Eloy y la misma llevará inscrita en catalán y en inglés la consignas del misionero nacido en Petra, que decía 'Siempre adelante, nunca hacia atrás'.

El párroco de la Iglesia de Santa Eulàlia ha indicado que la figura de Fray Juníper Serra acompañará a partir de ahora a la escultura del santo americano San Martín de Porres, nacido en Lima, Perú, y de color negro, situada también en la capilla de este templo palmesano.

Alzamora confía en que la nueva escultura sirva también para atraer turistas a la citada Iglesia, sobre todo, de EEUU atraídos por la figura de Fray Juníper Serra, nacido en la localidad mallorquina de Petra en 1713 y que fundó un total de nueve misiones en América, que, posteriormente, se convirtieron en grandes ciudades, como San Diego, Los Ángeles, San Francisco y Sacramento. Así, en reconocimiento a su labor, el Papa Juan Pablo II lo beatificó el 25 de septiembre de 1988.