Los Reyes Magos volvieron ayer a Sevilla. Dejaron exactamente 400 regalos. No se trataba ni de perfume, ropa o música, sino de pisos.

De las últimas 400 viviendas de protección oficial que Emvisesa sorteó ayer en el Pabellón de San Pablo, que junto a las 603 del pasada miércoles, suman 1.003.

Ayer competían cerca de 41.000 jóvenes menores de 35 años por un sueño: independencia.

Lágrimas y risas

El sorteo fue muy emocionante. Hubo muchas lágrimas de alegría, risas, gritos, aplausos y abrazos. Y no sólo entre aquellos a los que les sonrió la diosa fortuna, sus familiares y amigos. También entre el público (unas 1.000 personas) y periodistas que cubrían el acto.

El sorteo duró cerca de dos horas. La primera bola salió a las 9.40 h. Fue el 14.198. La última a las 11.30 h: el 30.470.

En medio, números muy altos y otros tan curiosos como el 1.234, el 878 o, incluso, el 13, el de la mala suerte y que ayer dio una alegría a su poseedor. La lista de espera comenzará en este caso en el 6.142.

1.000 personas llenaron las gradas de San Pablo para asistir en

directo a este último sorteo.

Ayer la suerte llamó a sus puertas...

«Iba a dejar ya los sorteos» Clara Vecino, 24 años.

Fue la primera ganadora de la mañana. Chilló, lloró, se abrazó a sus amigas y después llamó a su novio. Mientras, el cuerpo le temblaba de la emoción. No se lo creía. El año pasado participó en el último sorteo de Emvisesa. Se dijo que no volvería a solicitar una vivienda protegida. Se volvió a dar una oportunidad al escuchar que cambiaban la forma del sorteo. El 26.505 le ha evitado presentar una última solicitud para el sorteo de octubre y empezar a buscar el año que viene un piso al que irse a vivir con su pareja. Ahora, le encantaría poder conseguir la llave de un piso por la zona de Kansas City.

Víctor Sotillo Lara. 21 años.

«El sorteo me ha solucionado la vida». Y era la primera vez que este militar destinado en Jaca pedía un piso. No se acordaba ni del número que llevaba. Ahora podrá vivir con su novia, Sara, y su hija Paula de dos años, que están con sus suegros. Le da «igual» la zona donde consiga el piso.

Oscar Curado y Guadalupe Alfaro. 27 y 26 años.

Ella, que ahora trabaja de dependienta,  era la primera vez que solicitaba un piso de Emvisesa. Llevaba el 19.664 y triunfó. El número les permite a ambos la posibilidad de dejar la casa de sus padres, de empezar una vida en común y de pensar en boda en un futuro.

... Y en las suyas pasó de largo

Joaquín Rivas. 25 años.

Llevaba una lista con su número, el de varios amigos y sus novias y hasta el de su cuñada, pero a ninguno de ellos les llegó la suerte esta vez. Era la primera vez que participaba en un sorteo de este tipo. Le ha gustado bastante la forma en que se ha realizado: bola a bola.

Cristina Navarro y María José Jaque. 29 y 23 años.

Cristina era la primera vez que estaba en un acto así y estaba nerviosa. María José ya ha estado en cuatro sorteos «por lo menos». Ninguna de las dos pierde la esperanza. Cada una seguirá presentando solicitudes en próximas convocatorias.

Listas completas de adjudicatarios