Chernóbil vuelve a ser un paraíso animal

A pesar de que la catástrofe de Chernóbil obligó a evacuar a miles de personas hace 20 años, la zona de exclusión, hoy inhabitada por el hombre, se ha convertido en un paraíso animal, según informa la BBC.
Caballos salvajes en torno a la central nuclear de Chernóbil (EFE)
Caballos salvajes en torno a la central nuclear de Chernóbil (EFE)
Caballos salvajes en torno a la central nuclear de Chernóbil (EFE)

El número de animales se ha multiplicado y especies que no se veían desde hace décadas, tales como el lince y el águila real, han comenzado a regresar a la zona.

Incluso, señala el artículo, han llegado a verse huellas de oso, un animal que no ha habitado esa zona de Ucrania desde hace siglos.

Como señala Sergey Gaschak, un científico entrevistado por el medio británico, "los animales no parecen notar la radiación (a pesar de estar sometidos a niveles que hacen que no puedan servir de alimento para el hombre) y ocupan un área sin importarles el nivel de la misma".

Curiosamente, Gaschak asegura que "muchos pájaros están anidando el sarcófago", el escudo de acero y cemento erigido en torno al antiguo reactor nuclear, y que él ha podido contemplar, entre otros, golondrinas, palomas y estorninos.

Especies casi extinguidas, trasladadas a la zona

En la zona se pueden ver hasta caballos de Przewalski, como los de la foto que ilustran el artículo. Es una especie de caballos que casi se extinguió a finales del siglo pasado.

Actualmente hay muy pocos ejemplares en Mongolia y algunos zoos, pero también en Chernóbil donde se trasladaron ejemplares de estos caballos salvajes después del accidente nuclear.

La perversa mano del hombre

Esto parece demostrar, como sugiere el artículo, que el plutonio es menos perjudicial que los herbicidas, pesticidas, la industria y, en general, el ser humano.

Tal es así que la BBC cita las palabras del científico y ecologista James Lovelock, quien aseguró en 2001 en el periódico The Daily Telegraph, a la vista de la rápida recuperación del entorno a Chernóbil, que tal vez fuera necesario "almacenar pequeñas cantidades de desechos nucleares en bosques tropicales y otros hábitats como respuesta a la necesidad de disponer de guardianes efectivos contra los avariciosos especuladores".

Hoy mejor que ayer

Ese plutonio no fue, sin embargo, siempre tan benigno.

En las semanas posteriores a la explosión del reactor, el ganado, los caballos, los roedores e incluso cuatro kilómetros cuadrados de bosque de pinos (el ahora conocido como "Bosque Rojo"), se vieron inmensamente afectados por la radiación.

Pero, como señala el artículo, de eso, ahora, por suerte, muy pocos animales se acuerdan.

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