Condenan a una mujer a 1 año y 3 meses de cárcel por robar joyas de la casa del anciano al que cuidaba

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a un año y tres meses de prisión a una mujer por sustraer joyas por valor de unos 800 euros de la casa de un anciano al que cuidaba en régimen de interinidad y venderlas posteriormente en una casa de compraventa de oro.

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a un año y tres meses de prisión a una mujer por sustraer joyas por valor de unos 800 euros de la casa de un anciano al que cuidaba en régimen de interinidad y venderlas posteriormente en una casa de compraventa de oro.

Según consta en la sentencia, de fecha 5 de junio de 2011, la procesada estuvo trabajando diez meses en el domicilio del anciano, de 89 años de edad, situado en la calle Grabador Jordá de Valencia cuidando al anciano y aprovechando la confianza depositada por la hija de éste en ella, cogió algunas joyas pertenecientes a su difunta esposa que después vendió en una casa de compraventa de oro de la ciudad valoradas en torno a los 800 euros.

En concreto, sustrajo una pulsera milanesa, un sello con circonitas de niño y una medalla horóscopo, una gargantilla, cadenas de eslabones y perlas, un anillo con circonitas, un pendiente y una alianza de oro por las que percibió 260 euros. El propietario del establecimiento dio parte a la Policía y todas estas joyas fueron reconocidas por la hija del anciano.

Por estos hechos, la acusada fue condenada por el Juzgado de lo Penal número 1 de Valencia a un año y tres meses de prisión como responsable de un delito de hurto, aunque la defensa recurrió esta decisión al considerar que se había producido un error en la valoración de la prueba y una infracción del ordenamiento jurídico, al no existir, en su opinión, el agravante de abuso de confianza.

No obstante, ahora la Audiencia Provincial ha desestimado el recurso y ratifica la condena, al considerar que no ha habido "ningún error en la interpretación de los actos" y destaca que la sentencia "razona y justifica" la existencia del agravante de abuso de confianza".

En este sentido, explica que los hijos del anciano "confían ciegamente en la persona que le viene cuidando día y noche, pues le dejan al cuidado de algo tan preciado como unos padres" y añade que "no se puede confiar más en alguien".

De hecho, sostiene que el planteamiento de la defensa "casi llega a ofender a los que depositaron la confianza en la acusada, la cual ha sido tratada con benignidad por el juez".

Asimismo, explica que en el acto del robo y venta de las joyas se aprecia un "plus de perversidad" dado que sustrajo estos enseres "para venderlos a un precio ruin posteriormente".

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