Su papel de comehombres en la serie Sexo en Nueva York, donde encarnaba a la rubia Samantha, la convirtió en un icono televisivo y en reina de la seducción. Ahora, Kim Cattrall, de 52 años y después de décadas en permanente dieta, ha tenido que engordar diez kilos y perder parte de su glamour para protagonizar la película Meet Monica Velour.
En el largometraje, la actriz se mete en la piel de Mónica, una ex actriz porno que lucha por la custodia de su hijo.
Contra todo pronóstico, Cattrall asegura que ha sido "un placer" tener que representar a alguien que tiene su edad y que, además, lo aparenta. "Me encantó encarnar a un personaje tan real", afirma la estadounidense en una entrevista que ha concedido al diario El Universal y en la que añade que este último papel es uno de los que se siente más orgullosa.
Sin embargo, encuentra coincidencias entre algunos aspectos que muestra la película y realidad: "Cuando las actrices cumplen los 35 en Hollywood, todo se termina. Con suerte empiezas a interpretar papeles secundarios. Pero creo que eso ocurre en general con todas las mujeres. Esta cinta habla de eso", explica.
Aunque Samantha Jones, su alter ego en Sexo en Nueva York, es la antítesis de esta nueva Mónica Velour, Cattrall se confiesa una fan de las dos: "Ambas me gustan porque aunque son diferentes, tienen algo en común: las dos son mujeres fuertes".
En cuanto a lo de tener que subir varias tallas, fue toda una experiencia: "No tener que estar siempre a régimen y preocupada por conservar la figura fue maravilloso. Pero es verdad que la gente a veces prefiere la fantasía, pues la realidad es dolorosa", opina.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios