El wakeboard, un deporte atado a un barco y un cable

  • Toma las aguas sevillanas del río Guadalquivir en el Campeonato de España.
  • Ion Astiazarán y Andrés Araya consiguieron la clasificación para el Europeo y el Mundial y, de paso, enseñaron los secretos del wake a 20 minutos.
El ‘rider’ Ion Astiazarán realiza un truco en el río Guadalquivir, con la Torre del Oro al fondo.
El ‘rider’ Ion Astiazarán realiza un truco en el río Guadalquivir, con la Torre del Oro al fondo.
CARRASCOSA FOTÓGRAFOS
El ‘rider’ Ion Astiazarán realiza un truco en el río Guadalquivir, con la Torre del Oro al fondo.

El río Guadalquivir, a su paso por Sevilla, acogió el pasado fin de semana el Campeonato de España de Wakeboard, un deporte extremo en el que los riders calzan una tabla parecida a la de snowboard y se aprovechan de las olas que dibuja una lancha, a la que van sujetos por un cable, para hacer trucos.

Ion Astiazarán y Andrés Araya consiguieron la clasificación para el Europeo y el Mundial y, de paso, enseñaron los secretos del wake a 20 minutos. "Los jueces puntúan intensidad, ejecución y composición", explica el donostiarra Ion. "La velocidad a la que vamos oscila entre los 40 y los 55 km/h. En los trucos llegamos a alcanzar tres metros de altura y 15 de longitud", añade Andrés, de Vigo.

Los dos coinciden en el lugar perfecto para practicar wakeboard: "Un lago y cuanto más plato, mejor. No hay barcos ni olas que te molesten".

Ion, que compitió con una protección en la rodilla derecha porque tiene el ligamento lateral interno roto, corrobora que "la lesión típica grave de este deporte es de rodilla". Andrés añade que "también sufren mucho los tobillos, las cervicales y las costillas".

Nació en los 80

El rider donostiarra, que hacía snow y empezó en el wake porque "quería seguir haciendo algo en verano" nos cuenta que, "como casi todos los deportes extremos, este también nació en EE.UU, allá por los 80, cuando, en un día sin olas, un surfer empezó a ir detrás de un barco para cogerlas y seguir surfeando". "Aquí estamos en pañales. Entró 20 años después y no podemos compararnos con americanos, británicos o australianos", lamenta Andrés.

Consejos para empezar

Aparte de la modalidad de barco, también se ha desarrollado otra más barata y accesible para los principiantes, el cable, una especie de polea de ida y vuelta con módulos permanentes dentro del agua, que también permite a los profesionales hacer barandillas, al estilo del skate, y dar grandes saltos desde rampas.

"Para empezar, solo tienes que relajarte y disfrutar", afirma Ion Astiazarán (30 años), a lo que Andrés Araya (28) añade: «No debes hacer mucha fuerza con el cable. Déjate llevar".

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