Tras la mirada angelical de David Beckham y su imagen siempre impecable se esconde un obsesivo compulsivo.

Parece que, como el marido del que huye Julia Roberts en Durmiendo con su enemigo, que le obligaba a colocar en perfecto orden los alimentos y las toallas en el baño, Beckham no puede ver cómo en uno de sus tres frigoríficos, el dedicado a los refrescos (en los otros guardan las ensaladas y el resto de alimentos), hay un número impar de latas.

«Sufro un desorden compulsivo obsesivo que me obliga a poner los objetos en línea recta o por pares. Meto en el refrigerador los botes de Pepsi, y si hay uno de más, lo meto en cualquier armario», declara el jugador del Real Madrid en un entrevista que emitirá la cadena ITV antes del Mundial de Alemania (9 de junio) y de la que ayer ofreció un aperitivo el rotativo inglés The Independent.

Victoria lo ve «raro»

Su mujer, Victoria, lo considera «un tipo raro» por estas manías y añade que «en la nevera de las bebidas, todo es simétrico». David asegura que «antes de llegar a la habitación del hotel y descansar, hago desaparecer todos los papeles y libros y los meto en un cajón. Todo tiene que estar perfecto». «He intentado atajar el trastorno, pero no puedo con él».

La plantilla del Madrid desconoce que sea obsesivo compulsivo, pero sus compañeros del Manchester United desordenaban las cosas en los hoteles para «picarme». Otros famosos que se han confesado obsesivos compulsivos son el ex futbolista Paul Gascoigne y el actor Billy Bob Thornton.

No termina todo ahí. El inglés se declara adicto a los tatuajes, y justifica esta afición por un cierto masoquismo. Reconoce que a veces viste de blanco para ir a juego con sus muebles y que cada dos semanas compra 30 calzoncillos iguales. Y sus camisas están colocadas por colores.

Hace un tiempo Beckham, que ha llegado a ir con las uñas pintadas, reconoció que a veces se pone la ropa interior de su mujer.

Características del obsesivo  compulsivo

La preocupación por el orden, la perfección y el control mental, a costa de la flexibilidad y la espontaneidad, es la principal característica de este trastorno, cuyos afectados suelen ser demasiado cuidadosos, propensos a las repeticiones y sufren ansiedad e incomodidad por sus obsesiones. Estos sujetos, 2-3% de la población, suelen dedicarse mucho al trabajo, ser inflexibles en cuestiones éticas, tacaños y obstinados.