"Cuando estás tocando música estás vivo, y cuando estás vivo, evolucionas". Antonio Arias, alma de Lagartija Nick, explica así las claves de su nuevo disco, Zona de conflicto.

El undécimo álbum de Lagartija Nick es, pese a esa evolución, "una vuelta a los orígenes" de la banda. Crudo, eléctrico y en formato trío, tal y como tocaban cuando se formaron en Granada a principios de los noventa.

Atrás quedan obras tan ambiciosas como Val del Omar, con la que homenajearon al cineasta granadino José Val del Omar, u Omega, con el que desgranaron, junto a Enrique Morente, los poemas de Lorca a ritmo de estilos tan diferentes como el flamenco, el rock, el trash metal y la música industrial. Toda una revolución que los puso en boca de todos.

"No somos capaces de repetirnos", apunta el líder de Lagartija Nick, que ha explorado en sus canciones conceptos tan singulares como la "poesía astronómica", en la que combina su interés literario con su inquietud por las estrellas, siempre tomando cualquier estilo que se le pusiese a tiro: del punk al metal, del rock al flamenco, de la electrónica al pop.Y siempre manteniendo intacta su esencia, la de una banda única en su especie.

Antonio Arias mantuvo una estrecha amistad con Enrique Morente, con quien grabó Omega. Hoy recuerda con nostalgia al cantaor: "Era un gran amigo y un artista muy especial. Un gurú. Su pérdida fue un golpe devastador. Nos enseñó a creer en la vida de la música, porque siempre hablaba de vida. Y con su muerte murió también parte de la vida de nuestra música".