'The artist' cierra una jornada redonda en Cannes

  • Muda y en blanco y negro, es un homenaje a los primeros años de Hollywood.
  • Los hermanos Dardenne dan otra lección con 'Le gamin au vélo'.
  • Michael, del alemán Markus Schleinzer, la única espina de la jornada dominical.
La actriz Berenice Bejo guiña un ojo durante la presentación de la película 'The Artist' en el Festival de Cannes.
La actriz Berenice Bejo guiña un ojo durante la presentación de la película 'The Artist' en el Festival de Cannes.
REUTERS
La actriz Berenice Bejo guiña un ojo durante la presentación de la película 'The Artist' en el Festival de Cannes.

Lo bueno que tienen los prejuicios es romperlos cada cierto tiempo para darse cuenta de que, a fin de cuentas, no sirven para nada. Y esta mañana muchos espectadores han tenido que comérselos con patatas después de la proyección de The artist, del francés Michel Hazanavicius. Cierto es que la cosa no pintaba excesivamente bien: 8:30 de la mañana, cinta muda, una historia de ascensión y caída de un mito que ya hemos visto más que demasiadas veces... Pero la bofetada se ha repartido por igual. Los vítores de los créditos lo dan por hecho, The artist es, desde ya, una seria candidata a los premios del próximo domingo.

La cinta transita por el terreno de la comedia, a pesar de contener momentos de extrema tristeza gracias al juego que propone Hazanavicius sirviéndose de todas las triquiñuelas que le permite el terreno por el que se mueve. Y de fondo, ni una sola palabra y la historia de George Valentin, superestrella del cine mudo y que un poco por ingenuidad y otro poco por cabezonería y soberbia, se ve abocado al fracaso en cuanto el sonido llega a las salas. Una historia que hemos visto y leído en unas cuantas ocasiones, comenzando por El crepúsculo de los dioses.

En medio de la ascensión y la sonora caída, nunca mejor dicho, una actriz emergente que se convierte en el nuevo rostro bonito de Hollywood, y con la que Valentin traba una relación que ya se sabe desde el primer minuto cómo va a acabar. Pero la gracia de The artist radica en lo radical de su propuesta, a estas alturas del partido, y en la maravillosa resolución de los poco más de cien minutos de metraje. Una joya que va a ser muy difícil de vender para el gran público pero que está llamada a ser una de las películas de este 2011.

Una apuesta segura

Lo de los Dardenne en Cannes es apostar en un partido de liga a favor del Madrid o del Barça. El tiro te puede salir mal, pero es una posibilidad tan remota que ni te la planteas. Este año están de nuevo en competición en Cannes con Le gamin au vélo, que viene a ser algo así como El chaval en bici, y que vuelve a ser una vuelta a lo mismo de siempre. El problema es que cuando lo mismo de siempre te deja un excelente sabor de boca sin importar las veces que lo pruebes, es imposible que te aburra. Que se lo digan a los niños con las chucherías.

Esta vez los Dardenne se cuelan en un pueblo belga y plantan la cámara al lado de un niño abandonado por su padre y que busca refugio tanto en una madre adoptiva como en los malotes del barrio. Y lo mejor de todo es saber que aunque la cinta va a ir por unos parámetros más o menos establecidos (intuyes cuando va a haber bronca, hueles el momento en que van a apalear al protagonista) la cinta tiene frescura y te demuestra que, aunque vuelva a ser un regreso a lo de siempre, no empacha.

El que ha intentado volver a lo mismo pero no ha tenido tanto éxito es el alemán Markus Schleinzer, discípulo de Michael Haneke y que ha tenido la enorme fortuna de colar Michael (hay quien dice que el título ya es en sí un homenaje a su mentor) en la sección oficial. Pero para un estilo tan personal como el de Haneke, alejado de una narrativa más convencional que la de los Dardenne, por poner un ejemplo reciente, ver a un imitador tratando de hacer lo mismo suena a disco rayado.

En Michael analizamos de cerca cinco meses de relación entre un niño y un adulto. Volvemos a la pederastia, tema ya tocado en este certamen, pero esta vez con una mirada mucho más cruda. El estilo del padre de Funny games lo impregna todo: no deja lugar para que el espectador se haga sus propias ideas sino que las escupe directamente a la pantalla. Llegados a este punto, se puede hasta prescindir de este trabajo.

Del que no se va a poder prescindir mañana es de Terrence Malick. El cineasta más improductivo del mundo, como le ha definido el magazine Les inrockuptibles en su número especial del festival, llega a Cannes con The tree of life y Brad Pitt. Hoy, domingo, tocan hordas de turistas. Mañana, hordas de periodistas a la caza de la cara guapa del festival.

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