Concluye en Suiza una de las retrospectivas más completas del fotógrafo André Kertész

  • El fotomuseo Winterthur de Zurich (Suiza) ha expuesto alrededor de 250 trabajos del maestro de la fotografía.
  • Fue uno de los padres del fotoperiodismo y en su faceta vanguardista experimentó con distorsiones y superposiciones.
  • La muestra viajará en los próximos meses al museo Martin-Gropius-Bau de Berlín y al Magyar Nemzeti Múzeum de Budapest.
Fotografía de Kertész tomada en 1917
Fotografía de Kertész tomada en 1917
André Kertész - Bibliothèque nationale de France
Fotografía de Kertész tomada en 1917

"Nunca hice fotos, me expresé de modo fotográfico", decía André Kertész (1894–1985). El fotógrafo húngaro, uno de los inventores del fotoperiodismo, superpuso y concentró formas, fue un maestro del momento justo en que la foto debe ser disparada, descubrió los juegos a los que son tan aficionados la luz y la sombra.

Rebuscó en la banalidad del día a día la poesía, la belleza y lo sublime con modestia. La fotografía era una necesidad de contar, no una tarea.

El Fotomuseo Winterthur de Zurich clausura el próximo domingo una de las  retrospectivas más completas sobre Kertész. La muestra, de alrededor de 250 trabajos, viajará en los próximos meses al museo Martin-Gropius-Bau de Berlín y al Magyar Nemzeti Múzeum de Budapest.

Inventor de un nuevo lenguaje fotográfico

El repaso a la extensa obra de uno de los más notables fotógrafos del siglo XX muestra en orden cronológico su trayectoria y los métodos y motivos nada ortodoxos que le obligaron a ganarse muy tarde la fama que se merecía. Su pasión por la distorsión y las sombras, el estudio de emociones como la melancolía o la soledad no eran comerciales.

La retrospectiva del Winterthur arroja luz sobre periodos de la vida del artista de los que poco se sabe, como los cuatro años (1914-1918) que combatió como soldado en la I Guerra Mundial. Lo menos conocido se mezcla con sus famosos años  como fotoreportero en París y sus trabajos para revistas, con los que se ganó el pan gran parte de su vida.

Kertész, fotógrafo autodidacta, nació en Budapest. Después de la I Guerra Mundial se mudó a París en contra de los deseos de su familia, que quería que fuera corredor de bolsa.

De origen judío, huyo de Francia con la llegada de los nazis y volvió a empezar de cero en Nueva York, sin amigos ni contactos que lo ayudaran y haciendo trabajos para grandes revistas como Harper's Bazaar, Life o Look que, sin embargo, resultaron poco gratificantes, porque los editores le ninguneaban.

Tardó mucho en levantar cabeza y hasta sus últimos años de vida no sintió que se le tuviera en cuenta como artista. Su faceta poética y experimental, las circunstancias vitales y la libertad de la que quería gozar -que le llevó a rechazar muchas ofertas de trabajo- lo convirtieron en inaccesible y dificil de clasificar, a pesar de que, en medio del bullicio del siglo XX, inventara con sus imágenes un nuevo lenguaje fotográfico.

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