El fabricante de batidos Cacaolat está buscando soluciones para la falta de algunos formatos de sus productos que será previsible en los supermercados y tiendas en los próximos días, según han explicado este viernes fuentes del comité de empresa. Ello se debe a la supresión de la botella de litro, que fabricaba Clesa, también filial de Nueva Rumasa; y del 'tetrabrik' pequeño, que se elaboraba de la planta de Zaragoza de Utebo, donde se va a aplicar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de seis meses para sus 106 trabajadores.

Según estas fuentes sindicales "se está buscando posibles empresas que embotellen este formato de un litro, que en los próximos días puede empezar a escasear en supermercados y grandes superficies". Sin embargo, como advierten los representantes de los trabajadores, "esto dependerá de los administradores judiciales, que son lo que ahora controlan la compañía", después de que la familia Ruiz Mateos reconociese los graves problemas financieros de Nueva Rumasa y diversas filiales del grupo, como Clesa, Dhul o la propia Cacaolat presentasen concurso de acreedores.

La noticia de que Cacaolat podría desaparecer del lineal ha incendiado la red, en especial Twitter, donde muchos catalanes han mostrado su inquietud y donde se ha creado el "hastag" (etiqueta) "#salvemcacaolat". Más del 90% de la producción de Cacaolat se vende en Cataluña, donde es un producto de referencia de numerosos consumidores catalanes y su botella de vidrio se consume especialmente en bares y locales de ocio. Fuentes sindicales han señalado que en los supermercados se seguirá encontrado el típico botellín de Cacaolat de 200 centilitros de plástico, que se hace en la planta de Barcelona.

Por otra parte, el fondo inmobiliario Proactiva BCN-La Marina ha presentado una demanda contra Clesa por el impago del alquiler de la planta de Cacaolat en Barcelona. Proactiva compró en 2007 la planta a Clesa por 97 millones de euros con el compromiso de que Cacaolat se quedara como inquilino, aunque, con la crisis, el fabricante de batidos ha dejado de pagar el alquiler. Además, Proactiva reclama a Clesa un total de 42 millones de euros que la firma láctea todavía no ha abonado por el pago de aquella operación inmobiliaria.

En todo caso, la inquietud porque desaparezca Cacaolat del mercado, por culpa de la crisis del grupo de Ruiz Mateos, es tal que el presidente de la empresa catalana Llet Nostra, Xavier Tubert, ha abierto la puerta a adquirir la emblemática marca en declaraciones a RAC1 recogidas por Efe.

"La opción de Cacaolat para nosotros es interesante, pero es compleja y por el momento no la hemos valorado", ha declarado a El Món a RAC1 el presidente de Llet Nostra. Según las fuentes sindicales antes señaladas, todavía es pronto para hablar de vender Cacaolat y se tendrá que estar a la espera, "más adelante, cuando el concurso esté más adelantado". Por ahora, el comité de empresa ha finalizado una ronda de contactos con la empresa y han visitado a todos los partidos políticos del Parlament para intentar buscar una salida negociada a Cacaolat.