Un hombre acusado de apuñalar a otro que evitó una agresión a su pareja dice que "no sabía lo que hacía"

Un hombre de nacionalidad china, acusado de apuñalar a otro que se interpuso para evitar la agresión a la pareja del primero, con quien se encontraba en trámites de separación, ha afirmado este martes durante su declaración en la sección primera de la Audiencia Provincial de Valencia que ese día "no sabía lo que hacía" porque estaba "muy borracho".

Un hombre de nacionalidad china, acusado de apuñalar a otro que se interpuso para evitar la agresión a la pareja del primero, con quien se encontraba en trámites de separación, ha afirmado este martes durante su declaración en la sección primera de la Audiencia Provincial de Valencia que ese día "no sabía lo que hacía" porque estaba "muy borracho".

El acusado, de 31 años, ha admitido los hechos que se le imputan pero ha asegurado que los cometió cuando estaba "muy borracho" y que por eso no se enteraba de lo que hacía. También ha señalado que "no tenía intención de matar a nadie".

El hombre se enfrenta a una pena —solicitada por el fiscal— de 34 años y nueve meses de prisión por dos delitos de lesiones, uno de amenazas continuadas, otro de quebrantamiento de medida cautelar continuado, uno más de maltrato habitual y dos de asesinato en grado de tentativa. El acusador público también reclama que se le prohíba acercarse a las víctimas por un periodo de tiempo de 35 años a ella —la pareja— y de 15 a él, y que indemnice al hombre agredido con 30.200 euros por las lesiones y secuelas padecidas.

El incidente tuvo lugar en febrero de 2010 en un bar del barrio valenciano de Beniferri. El acusado se encontraba en el momento de los hechos en trámites de separación de su mujer, con la que cesó la convivencia en julio de 2009.

El cese se produjo después de varias discusiones y agresiones. La primera tuvo lugar el 23 de julio, cuando en un domicilio en el que tenían alquilada una habitación mantuvieron una pelea motivada por los celos de él, que finalizó con una agresión, ya que él le cogió del cuello, le golpeó y le mordió en el pecho, según consta en el relato del ministerio público.

Tras este incidente, la mujer prefirió no denunciar a su esposo por temor a las represalias, por lo que la causa se sobreseyó. Así, mantuvieron la convivencia hasta finales de ese mes, cuando tuvieron una nueva discusión por celos y la mujer se marchó a vivir con un matrimonio de amigos que regentaba el bar en el que ella trabajaba.

Hasta ese momento, la vida en común había resultado insoportable para la mujer, puesto que el acusado le hizo un férreo control quitándole el dinero que ganaba trabajando como camarera, controlándole sus entradas y salidas obsesionado con que le engañaba con otros hombres, revisándole su teléfono móvil y, en ocasiones, le cogía del cuello pidiéndole explicaciones sobre con quién había hablado o de quién era el teléfono con el que había contactado otras veces. También le amenazaba con suicidarse tomándose pastillas, que ella cogía y tiraba para que no se las ingiriera.

El 12 de agosto del mismo año, el hombre se personó en el nuevo domicilio de la mujer, mantuvo una discusión con ella, le bloqueó el móvil, intentó romperle la tarjeta de residencia y con ánimo de atemorizarla le dijo que la mataría si lo volvía a denunciar. Llegados a este punto, la mujer pidió la separación de su esposo, a lo que éste respondió que no lo iba a consentir, que antes la mataría. A partir de ese día, él continuó acechándola por teléfono, por lo que el 19 de agosto solicitó una orden de protección y denunció todos estos hechos.

Un cuchillo en la chaqueta

El juzgado abrió diligencias y dictó un auto por el que se prohibía al hombre aproximarse a su mujer y comunicarse con ella por cualquier medio. Pese a ello, al no aceptar la petición de separación matrimonial, se presentó en el bar en el que trabajaba su mujer, ubicado en el barrio de Beniferri, sobre las 21.30 horas del 2 de febrero de 2010, con un cuchillo que tenía una hoja de 18,5 centímetros escondido en su chaqueta.

Nada más entrar, la mujer, que se encontraba detrás de la barra reponiendo bebidas, al ver la cara de su pareja supo que iba a ir a por ella, por lo que salió corriendo del local por una puerta que estaba al final de la barra con acceso a la calle y se refugió en un casal fallero contiguo.

No obstante, el hombre se introdujo en la barra para seguirla y, en ese momento, intentó frenarle el dueño del establecimiento, al que le comenzó a apuñalar en la zona abdominal, torácica, brazo, costado y estómago, hasta que éste quedó tendido en el suelo.

Seguidamente, y con el fin de acabar con la vida de su esposa, salió del bar con el cuchillo en la mano y se dirigió al casal. No obstante, no pudo entrar porque los falleros cerraron la puerta a empujones. El procesado se dio a la fuga y fue detenido posteriormente por los agentes, que le incautaron el cuchillo que había utilizado.

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