El Centro Regional de Simulación Sanitaria, ubicado en el Hospital Río Hortega de Valladolid, permite la práctica médica sin riesgos mediante su realización sobre maniquíes robotizados y la recreación de situaciones reales que ocurren en los enfermos con un fin fundamentalmente formativo.

El Centro, al que en total se han destinado cerca de 500.000 euros, entre un centro fijo instalado en el Río Hortega (200.000 euros), otro móvil en un camión (177.000) y un entorno virtual al que se accede mediante el portal sanitario de la Junta (en cuyo desarrollo se han invertido 120.000 euros).

El consejero de Sanidad, Francisco Javier Álvarez Guisasola, visitó este centro que permite reproducir casos clínicos que sirvan para la formación de los médicos internos residentes (MIR) y la formación continua de profesionales sanitarios a través de las nuevas tecnologías, lo que además permite repetir casos clínicos todas las veces que sea necesario, lo que supone un aprendizaje.

Así, este tipo de enseñanza basada en la simulación trata de reproducir la realidad, situaciones, problemas y decisiones con los que se va a enfrentar en su actividad el profesional sanitario con el objetivo de formar y entrenar a los alumnos con el fin de garantizar la mayor seguridad del paciente, la solución de los casos clínicos que se planteen y optimizar la asistencia sanitaria y los recursos disponibles.

Se trata, por tanto, de facilitar el acceso a un entrenamiento en situaciones habituales, difíciles, extrañas o incluso críticas, durante las cuales es necesario adoptar decisiones rápidamente.

Para ello, se utilizan maniquíes robotizados que se utilizan como modelos para la práctica, que reaccionan de forma prácticamente igual que un humano, con síntomas, respiración, la dilatación de pupilas, parpadeos e incluso, en el caso del maniquí de un bebé, con el lloro.

La simulación se plantea combinando distintas técnicas, por un lado la robótica, por otro la simulación virtual que, utilizando software específico, recrea situaciones, casos clínicos o entornos anatómicos reales, y cirugía experimental o entrenamiento quirúrgico para lo que se utilizan animales o piezas anatómicas humanas recreadas.

Guisasola explicó que se trata de que la persona que utiliza el modelo sea consciente de los errores que pueda cometer y corregirlos sin riesgo alguno para un paciente. A veces también se utilizan "pacientes actores" que son de "gran utilidad" para la realización de historias clínicas y el relato de la sintomatología.

Los usuarios, además de los profesionales para su formación continua, pueden ser también los estudiantes, aunque el consejero aclaró que la Facultad de Medicina de Valladolid dispone de un simulador —de menor entidad—, o las asociaciones científicas para que realicen cursos de formación. Asimismo, indicó que podría servir para formación de profesionales no sanitarios como por ejemplo profesores o policías en reanimación cardio pulmonar. INSTALACIONES

Las instalaciones que hoy visitó el consejero se ubican en unas dependencias del Río Hortega que disponen de unos 180 metros cuadrados útiles, ampliables hasta los 250. La elección de este centro asistencial responde no sólo a su carácter universitario sino también que se trata de un hospital totalmente interconectado.

El centro fijo se estructura en diferentes estructuras, la primera un laboratorio para la simulación con pacientes críticos, que cuenta con UCI, anestesia y urgencias. Reproduce un 'box' de una unidad de cuidados intensivos y está dotado de un completo equipamiento asistencial, incluido un maniquí adulto de alta tecnología informática capaz de reproducir procesos clínicos para el entrenamiento de alumnos en un entorno hospitalario.

Por otro lado, cuenta con un laboratorio para la simulación pediátrica y de neonatología. Reproduce una UCI pediátrica y cuenta con una amplia dotación que incluye cuna, respirador e incubadora además de un maniquí infantil con alta tecnología informática.

Asimismo, cuenta con un laboratorio para simulación de una consulta de Atención Primaria, en el que se dispone de todo el material propio de este tipo de dependencias y en el que se realizan prácticas referidas al entrenamiento de habilidades comunicativas y diagnósticas.

El centro cuenta con una sala de control con los equipos informáticos necesarios para controlar remotamente los maniquíes y con servidores que permiten gestionar la imagen y el sonido que llega desde los distintos laboratorios, en donde cámaras de televisión y micrófonos de ambiente recogen las situaciones vividas para su grabación y posterior análisis por parte del instructor y los alumnos o para su difusión, si así se desea, a la sala de visualización del centro o a cualquier otro punto a través de Internet.

Finalmente, cuenta con una sala de visualización, retransmisión y análisis, dotada de equipamiento multimedia para las sesiones de análisis de las prácticas formativas desarrolladas.

Aprender del error

El doctor Luis Ángel Domínguez, uno de los profesionales que acompañó al consejero durante su visita, explicó que la principal ventaja es que uno se puede equivocar e incidió en que se aprende más de los errores que de lo que uno lee.

Domínguez explicó que en cada curso hay un número máximo de entre 20 y 25 alumnos —se pueden celebrar entre dos y tres por semana— y destacó el hecho de que sea de los pocos centros de simulación que hay en otras comunidades, por lo que se podría recibir a alumnos de fuera para participar en actividades formativas.

A este respecto, Guisasola indicó que también se reciben solicitudes como la reciente de Panamá que, a través del Instituto de Estudios de Ciencias de la Salud de Castilla y León ha mostrado interés en los programas de formación para exportarlos allí.