En un comunicado, el dirigente del Bloc manifestó que "si la crisis ya nos está haciendo bastante mal en general, uno de los pocos sectores productivos rentables para nuestra tierra, como es el turismo, se ve ahora amenazado por un Gobierno que no entiende a razones y que quiere que el País Valencià pierda todo su potencial".

Morera remarcó que la denegación de Costas es "una tomadura de pelo, un insulto al pueblo valenciano" y demuestra que el secretario general del PSPV, Jorge Alarte, "no pinta absolutamente nada" e, incluso, que la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, "sólo es valenciana a la hora de votar, nada más, porque si lo fuera de verdad no consentiría estos agravios ni dejaría que cientos de personas pierdan el empleo y que una actividad económica próspera y generadora de empleo se vaya a pique", lamentó.

Según el líder del Bloc, "Zapatero se ha marcado como reto que los valencianos le odiemos por sus repetidos ataques contra nuestro pueblo y nuestros intereses. El tema de los chiringuitos es un despropósito más entre otros tantos y los socialistas de aquí ya no pueden hacer más teatro ni justificar lo injustificable".

"Si Camps va a montar su propio partido —si Madrid al final no cuenta con él—, los socialistas valencianos tienen muchos más motivos para darse de baja del PSOE ya mismo y montar su propio partido. De hecho, si yo fuera un dirigente socialista valenciano lo haría, porque no podría permitir que se atacara a mi tierra tanto como lo está haciendo Zapatero y no podría dormir con la conciencia tranquila", argumentó.

Morera indicó que Compromís se pone "a total disposición del sector hostelero para ayudarles y para movilizarnos a favor de nuestras terrazas de verano, de nuestro sector turístico y de nuestra economía". "Este ataque del Gobierno central es un motivo más para movilizarse el próximo 8 de junio y salir a la calle a decirle a Zapatero que ya está bien", concluyó.