Cada uno con sus limitaciones de espacio, pero en cada hogar suele haber un rincón dedicado al lavado de la ropa. Y aunque no todos dispongamos de un enorme espacio para ello, como explica el canal de decoración y reformas de Fotocasa, una organización correcta del lavado, secado, planchado y almacenaje de la ropa resulta fundamental.

Aunque no seamos muy conscientes siempre seguimos un proceso: reunir y clasificar, lavar, secar, planchar y almacenar.

La ropa sucia

En la zona donde acumulamos la ropa sucia colocaremos cubos, canastas o cestos. Para ganar tiempo, conviene clasificarla por colores (blanca y color), dejando la ropa delicada aparte. Lo mejor es que esta zona esté junto a la zona de lavado.

El lavado

Esta se compone, principalmente, de la lavadora, si bien lo ideal es poder disponer también de un lavadero, para poder lavar a mano la ropa delicada. Obviamente, siempre tendremos a mano un cesto o barreño cerca para colocar la ropa una vez haya terminado el lavado.

El secado

Sea como sea nuestra casa, en esta zona encontramos los tendederos y si nuestra economía y espacio lo permiten también la secadora. Lo ideal es que la ropa se seque al aire libre, ya que es más ecológico, económico, y así se estropea menos la ropa.

El planchado

Esta zona debe ser lo más cómoda posible para evitar que al planchar cojamos malas posturas. La tabla de planchar debe tener una altura regulable. Para ganar espacio, podemos guardar la tabla colgada de algún gancho o colgador en la pared o la puerta del armario, en caso de tenerlo.

Doblar y almacenar

Una vez lavada y planchada, debemos doblar la ropa y disponer de elementos para poder almacenarla correctamente, ya sea por habitación, colores o tipo de ropa.