Las asambleas de Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria aprueban su integración

Abren la puerta a inversores privados como primera opción de recapitalización

Las Asambleas Generales de Cajastur (grupo en el que se integra CCM), Caja Extremadura y Caja Cantabria han acordado este miércoles la constitución e integración en un Sistema Institucional de Protección (SIP), ratificando los acuerdos de los consejos de administración del 8 de abril.

El nuevo grupo surgirá de la transferencia del negocio bancario de cada caja a un banco, que tendrá un volumen de activos de más de 53.000 millones, una presencia nacional con más de 1.400 oficinas y 6.500 empleados.

El grupo parte con una tasa de mora del 4,2 por ciento (frente al 5,8 de media del sector) y una ratio de cobertura, incluidas garantías, del 148 por ciento, con una cómoda situación de liquidez (una disponibilidad hasta 2015 de más de 2 veces los vencimientos del periodo) y un margen bruto sobre activos totales medios del 2,6 por ciento, según han informado las entidades bancarias.

Cuenta con un patrimonio neto de 2.800 millones y una liquidez disponible de 14.500 millones, con un volumen de negocio de 73.000 millones. La eficiencia bruta es del 49% y la solvencia del 12,2%, mientras que la tasa de cobertura es del 148%.

Las Asambleas fueron informadas del acuerdo de los consejos de administración de las Cajas integrantes del grupo sobre el plan de recapitalización aprobado por el Banco de España, en el que no se requiere ningún tipo de ayuda pública y que establece como primera fórmula de recapitalización la captación de recursos de inversores privados y, como segunda opción, la generación de recursos internos, a través de plusvalías y retención de beneficios, quedando como último recurso, previsto en la normativa, la suscripción de capital por parte del Fondo de Reestructuracion Ordenada Bancaria (FROB).

El plan aprobado que establece como primera opción de recapitalización la entrada de inversores privados en el capital del banco, en línea con la vocación del grupo de abrirse al mercado y a las mejores prácticas en el mismo, le permitirá, más allá de cumplir los requerimientos normativos, tener un superávit de capital próximo a los 600 millones de euros (ya que los requerimientos legales pasarían a ser del 8 por ciento), con el que disponer de mayor capacidad para futuras operaciones en el marco de la reestructuración del sector.

El grupo, con datos a cierre de 2010, tiene un capital principal del 8,4 por ciento, contabilizada ya la merma derivada de la provisión del plan de prejubilaciones y los ajustes por pérdida esperada, todo ello sin haber recibido ninguna aportación pública del FROB I.

El SIP creado por el Grupo Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria, se desarrollará a través de la vía de la gestión indirecta del negocio bancario, establecida en la Ley sobre Órganos Rectores de las Cajas de Ahorro (Lorca), de tal forma que cada entidad, que mantendrá su personalidad jurídica y su Obra Social, segregará su negocio como conjunto y lo transferirá al banco a cambio de una participación accionarial en el mismo.

El SIP está participado en un 66 por ciento por Cajastur, un 20 por ciento por Caja de Extremadura y un 14 por ciento Caja Cantabria. El consejo de administración del nuevo banco estará formado por 11 miembros, de los que 9, incluido el presidente ejecutivo, serán dominicales y 2 serán independientes.

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