Los trabajadores de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales ha enviado una carta al consejero de Cultura y Deporte, Luciano Alonso, en la que le piden "decencia" en la gestión de lo público, y en la que dicen "estar seriamente afectados" por los recortes de programas y de servicios públicos, y "hartos" de que "se haga pagar a los trabajadores los aspectos cuestionables de la gestión realizada por la clase política", y de que "no sean reconocidos por sus méritos".

"Confiamos en una repuesta por parte del consejero", afirma a Europa Press la presidenta del comité de empresa de Sevilla de la AAIICC, Esther Bravo, quien reitera que en la citada misiva "sencillamente denunciamos que ha habido bastantes irregularidades en la Administración en la fórmula de trabajo, irregularidades que podrían solucionarse, porque vemos que, pese a la crisis, es una ocasión para solucionar problemas". "Los trabajadores de la Agencia estamos siendo los más vilipendiados y acusados de ser la causa de los recortes y la solución de los mismos", lamenta.

Desde el pasado 9 de julio estos trabajadores vienen haciendo parones de protesta pitada en la sede de la Agencia en el Estadio Olímpico de Sevilla, a la que se suma la manifestación llevada a cabo este viernes ante las puertas de la Gerencia para "exigir" explicaciones sobre el futuro de la Agencia, y sobre los "cambios" en la políticas de programas culturales que "están adoptando incumpliendo con las recomendaciones técnicas".

En este sentido, los trabajadores muestran "su más profundo desacuerdo" a la suspensión del programa Circuito de Espacios Escénicos Andaluces, un proyecto que "genera economía dentro del mundo de la cultura, tanto al sector privado como al sector público, y que tiene un alcance tan grande dentro de la población". Sobre este extremo, Bravo explica que el gerente, Alberto Mula, "les ha dicho que todo esto viene motivado por un recorte grande que se le ha hecho a la Consejería".

Sin embargo, el consejero "ha anunciado una nueva marca de Teatros Romanos", por lo que "podemos entender que se hagan recortes cuando los que se hacen tienen una lógica sobre el servicio público, pero no vemos el planteamiento de destrozar programas que ya existen para implantar otros que están dirigidos al turismo, y no como instrumentos de difusión de la cultura". "Parece que todos nos aboca a ser trabajadores para un país de servicios, y no queremos eso", lamenta.