Alrededor de dos millares de personas se han dado cita este domingo en Zamarramala (Segovia) para celebrar la festividad de Santa Águeda, declarada de interés turístico nacional, en la que es tradición que las féminas tomen el bastón de mando como única vez en el año.

La fiesta se remonta a 1227 y recuerda el papel decisivo que tuvieron las mujeres en la reconquista del Alcázar, en la que hicieron gala de sus mejores atuendos para encandilar a las tropas sarracenas que ocupaban la fortaleza segoviana. Desde entonces, todos los años ellas se reivindican frente a la autoridad masculina.

Hoy, aunque las bajas temperaturas han mermado la afluencia, éstas no han sido óbice para cumplir con el ritual de ocho siglos. Los actos han arrancado con la procesión de la imagen de la santa siciliana por las calles de Zamarramala, encabezada por las alcaldesas de este año, Beatriz Fernández Gómez y María Fuencisla García Tejedor.

Los juegos de banderas y la escolta de alabardas, con el Alcázar como telón de fondo, han dado paso a los bailes de las aguederas y a la misa en honor a Santa Águeda, patrona de las mujeres casadas, en la iglesia parroquial.

Los festejos han continuado después en la plaza de las Alcaldesas, donde el Concejo de Aguederas ha entregado el título de aguederas honorarias y perpetuas a la procuradora socialista Ana Agudíez; la concejal Lirio Martín; la coordinadora de Centros y animación sociocultural en la Obra Social de Caja Segovia, Begoña Martín, la empresaria hostelera Maria Luisa Duque, y a Juana Retuerto, esposa del delegado de la Junta de Castilla y León en Segovia, Javier López-Escobar.

En ese mismo escenario el Concejo ha distinguido con el título honorífico de 'Ome Bueno e Leal' a la Agrupación de Industriales Hosteleros de Segovia (AIHS). El reconocimiento ha sido recogido por su presidente, el hostelero Cándido López, quien ha destacado el papel de las mujeres en el sector y ha asegurado que es la igualdad entre éstas y los hombres la que ha convertido a la provincia segoviana un destino turístico. "Vosotras aportáis luz en la sombra", ha exclamado.

Un alfiler como "batuta"

La escritora Carmen Posadas ha recogido después el alfiler que le acredita como 'Matahombres de Oro', distinción que se concede a personas o entidades que contribuyen a realizar aportaciones para las mujeres.

Posadas, quien acogió "ilusionada" la oportunidad de participar en esta tradición de siglos, ha querido lanzar un mensaje de "concordia" en el que el alfiler que le han entregado, que ella ha asemejado a una batuta, le ha servido como hilo conductor.

Así, a pesar de recordar las batallas aún por ganar y censurar la violencia de género, ha ensalzado no tanto lo que separa a hombres y mujeres, sino aquello que les une y complementa. Ya en 1227, según ha rememorado, ellas y ellos emprendieron una tarea conjunta y utilizaron sus habilidades al servicio de una causa común.

La autora uruguaya, Premio Planeta en 1998, ha destacado que la naturaleza no hizo mejor a unos que a otros, que hombres y mujeres son distintos y que son esas diferencias lo que les hace complementarios. "Ésa es la grandeza", ha subrayado.

Posadas ha hecho alusión después a su alfiler, similar al que usaban las mujeres como arma contra los varones que molestaban en el baile, y se lo ha imaginado no como un objeto punzante sino como una batuta con la que "interpretar juntos una misma melodía".

La agrupación musical La Ronda Segoviana ha sido encargada de pronunciar el pregón, un recorrido por la festividad zamarriega que en esta ocasión ha tomado forma de coplas cantadas. La quema del pelele, un muñeco que los asistentes han identificado como el capitán del Costa Concordia, Francesco Schetino, y la tajada, amenizada con dulzaina y tamboril, han puesto fin al día grande de la festividad.