Con apenas 30 años y un cuadro tan desasosegante como atormentado titulado El grito, el artista noruego Edvard Munch (1863-1944) alcanzó la grandeza. Sin embargo, él consideró siempre que sus mejores trabajos llegaron con la madurez, una vez rebasados los 50. Sea como sea, el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York (The Met) se propone demostrarnos que hay vida más allá de esa obra que, retratando la ansiedad de un solo individuo, reflejó el sufrimiento y las aflicciones de toda la humanidad.
EDVARD MUNCHPartiendo del cuadro que da título también a la exposición, Self Portrait: Between the Clock and the Bed, Autorretrato: entre el reloj y la cama (1940–43), el museo neoyorkino presenta 43 trabajos realizados durante un periodo de seis décadas y entre los que se incluyen un total de 16 autorretratos y también obras hasta hoy inéditas en los Estados Unidos.
EDVARD MUNCHLa disposición del recorrido, que se inicia paradójicamente con uno de sus últimos trabajos, revela la frecuencia con la que Munch volvió sobre ciertos temas de una manera recurrente a lo largo de su carrera: los rostros a los que se les despoja de detalles para que la identificación se vuelva universal, las aflicciones y la sordidez de la existencia humana, el existencialismo plástico… Mostrar juntos todos estos trabajos, tanto los tempranos como los tardíos, permite identificar las innovaciones en la composición y la técnica: las marcas y ‘arañazos’ en el lienzo, el uso de los colores intensos, las pinceladas bravas…
EDVARD MUNCHMención aparte merecen los autorretratos del pintor que él denominaba 'estados de ánimo' y que aparte de documentar su evolución física, tienen mucho de confesión personal y psicológica. Munch escribió: "Recibí en herencia dos de los peores enemigos de la humanidad. Las herencias de la tuberculosis y la enfermedad mental. La enfermedad, la locura y la muerte fueron los ángeles negros junto a mi cuna. Una madre que murió temprano me dejó la semilla de la tuberculosis, un padre hipernervioso –pietista religioso hasta rozar la locura de una antigua estirpe– me dejó las semillas de la locura. Desde el nacimiento, los ángeles del miedo, el dolor y la muerte estaban a mi lado».
EDVARD MUNCHSiete obras de la exposición se muestran en los Estados Unidos por primera vez: Dama de Negro (1891); La pubertad (1894); Los celos (1907); Lucha de la muerte (1915); Hombre con bronquitis (1920); Autorretrato con las manos en los bolsillos (1925 a 1926), y Las cenizas (1925). Especial relevancia tiene Estado de ánimo enfermo y desesperación en la puesta de sol (1892) - génesis de la composición de El grito - que se muestra fuera de Europa por segunda vez en su historia.
EDVARD MUNCHNacido en Noruega y de formación prácticamente autodidacta, el nervio creativo de Munch fue excepcional. Se estima que su obra asciende a 1.700 pinturas, 18.000 grabados y 4.500 acuarelas además de esculturas y diseños para teatro y cine. Antes de morir donó una importante cantidad de éstas a la ciudad de Oslo, dando lugar a posteriori a la creación del Munch Museet.
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