Con la ilusión de toda una afición por montera y el fútbol como arma, el Sevilla busca ser "el rey absoluto de Europa" y coronar una gran temporada, sacando el billete directo a la Liga de Campeones. Son los objetivos del equipo español, que vuelve a jugar una final, esta vez en la Europa League, en Varsovia, y ante el Dnipro ucraniano.

De salir campeón, logrará el equipo de Emery su cuarto título en este torneo —antigua Copa de la UEFA— y convertirse así en el mandamás de la competición al ser el único del continente que acumularía cuatro trofeos de campeón. Hace tan solo un año, los hispalenses lograron en Turín su tercer título, al superar al Benfica en una tanda de penaltis, con el que, unido a los de 2006 y 2007, entraron en un selecto club de equipos que poseen tres copas de campeón de este segundo torneo europeo, junto al Liverpool, que los ganó en 1973, 1976 y 2001; y dos italianos, la Juventus (1977, 1990, 1993) y el Inter de Milán (1991, 1994, 1998). Ahora quieren liderar ese ránking.

Y eso, precisamente, es lo que más ilusión hace en la parte sevillista de la ciudad. "Hay mucha ilusión por ser los reyes absolutos de Europa", confiesa a 20minutos Antonio Álvarez, extécnico del Sevilla. Algo que confirma otro histórico del equipo de Nervión, Julián Rubio. "Este año hay más ilusión que los anteriores. La afición quiere que su equipo sea el que más trofeos de la Europa League tenga de todo el continente. Eso lo hace más especial. Ser el mejor de Europa en ese sentido". No en vano, 7.500 sevillistas se han desplazado a Polonia para vivir el partido in situ. "¡Se ha agotado todo!".

Los antecedentes dan la razón al equipo andaluz, ya que en su historia reciente, de las cinco últimas finales, tres de la Europa League y dos de la Copa del Rey, acabó campeón en todas. Por todo esto, las previsiones otorgan la vitola de favoritos a los de Emery, cuyo mensaje es el de cautela. "Si el Dnipro está en la final, es por algo. Hay que tener el máximo respeto por el rival", cree Antonio. Sin embargo, a nadie se le escapa que este año las apuestas caen del lado español. "No es nada malo serlo", cree Rubio. "Por equipo, por plantilla, por la temporada... estamos un punto por delante de los ucranianos", analiza Álvarez.

El Dnipro es un club histórico venido a menos tras la independencia de Ucrania y que basa su éxito en el talento de su estrella, Yevgueni Konoplyanka, y en un contraataque demoledor, algo de lo que sabe mucho también el Sevilla. El equipo entrenado hasta la temporada pasada por el español Juande Ramos, extécnico sevillista, ha quedado en tercer lugar en la liga ucraniana que concluyó el domingo y fue semifinalista de la Copa. Sin embargo, su camino en la Europa League ha sido largo y tortuoso: varias veces ha estado al borde del KO y de todas ha salido airoso, lo que le reconoce como la revelación del torneo. Todo lo contrario que los de Emery, que han hecho de la Europa League su competición talismán. Este año, en los 14 partidos disputados, ganaron 10 —los 7 en su estadio y 3 fuera—, empataron 3 y solo perdieron 1, con 26 goles a favor y 12 en contra, para lograr con brillantez el pasaporte para Polonia.

Pero una final es distinta, para lo bueno y para lo malo. ¿Qué planteará el Dnipro? ¿Qué tiene que hacer el Sevilla? Para Álvarez, el Sevilla no debe salir "a especular". "Los de Emery tienen que jugar como habitualmente lo hacen, no saben especular con el resultado y deben salir a buscar la portería contraria, ya que una de sus armas es la enorme efectividad de cara al gol", analiza el técnico. "El Dnipro saldrá a esperar", tiene claro Rubio. "Al Sevilla le gusta más contragolpear, así que alguno tendrá que lanzarse y ese equipo será el nuestro, porque tiene muchas alternativas", analiza.

Lo que sí piden ambos es que no se llegue al suplicio de los penaltis, como ocurrió el año pasado ante en Benfica. "Ya no tenemos edad", bromea Álvarez, que pronostica "un 2-0 o 2-1" para los andaluces. Más optimista es Julián Rubio. "No sé qué resultado se dará, pero sí creo que será una victoria del Sevilla y, además, abultada". La respuesta, esta noche, en la gran final de Varsovia.