Termina el entrenamiento de la selección española de baloncesto en el pabellón Triángulo de Oro de Madrid, donde ha comenzado su preparación para el Eurobasket de Eslovenia, que se disputa del 4 al 22 de septiembre. Ricky Rubio come algo de fruta, estira y se coloca hielo en la rodilla izquierda, la que le tuvo nueve meses de baja por una rotura de ligamentos y le dejó fuera de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Se le nota realmente feliz de formar de nuevo parte de este grupo de amigos que se reúnen cada verano para ganar.

Tiene 22 años, juega en la NBA, debutó en la ACB con 14 años y en Europa ha ganado todo. ¿Cómo ha vivido ser el niño prodigio del baloncesto?

Como lo vivo ahora. Jugando al baloncesto, haciendo lo que me gusta y disfrutando cada momento. Con 14 años no sentía la presión de ser un niño y jugar con los mayores. Lo veía como un premio. Cada día era como un máster porque aprendía muchísimo y sigo haciéndolo.

¿Se siente un veterano?

Bueno, la experiencia sí que me da esa veteranía, pero aún me queda mucho por aprender. Sigo con la ilusión de cuando empecé. Intento aprender cada día.

¿En qué es en lo que más ha mejorado estos años?

He intentado mejorar en todo, sobre todo, físicamente. También en la cabeza. Siempre me he caracterizado por tenerla bien amueblada, pero voy aprendiendo de los errores y a confiar en mí mismo. Si no lo haces tú, los otros no lo van a hacer por ti.

¿Y la faceta en la que tiene que mejorar más?

También en casi todo... En bote, en tiro... Hay que tener la ambición de mejorar cada día para ser mejor jugador cada día.

Acaba la sesión y se pone hielo en la rodilla. ¿El Eurobasket le va a ayudar a seguir fortaleciéndola?

Sí, me va a ir bien. Este verano he estado trabajando en la rodilla para no tener más lesiones porque es muy duro estar nueve meses parado.

¿Lleva la rodillera cuando juega por seguridad física o por confianza psicológica?

Es solo por cuestión física. Me la intenté quitar este verano y la verdad es que me fue bien al principio, pero luego se me cargaba un poco. Me ayuda con la tendinitis y en la zona rotuliana que, al mínimo golpe, me duele. Mejor un poco de protección.

¿Le limita de alguna forma en sus movimientos?

No pienso en ella. No es algo que me preocupe. Me protege y me mantiene caliente la zona.

¿No le ha recomendado amablemente Minnesota que no viniera?

No. Yo creo que todo lo contrario. Después de nueve meses parado, volví a jugar en diciembre y la temporada se acabó para nosotros el 17 de abril. Otro parón de seis meses era mucho y no me vendría bien. Nunca me han puesto ninguna pega. Si estoy bien, siempre quiero venir a esta selección. Tenía ganas de estar con el equipo de nuevo.

¿Qué tiene la selección para que los jugadores hagan todo lo posible por venir?

Nos encanta el baloncesto y nos lo pasamos muy bien. Somos amigos, nos reunimos en verano e intentamos ganar. Hay que aprovechar esta selección, a pesar de las bajas de este año. Tiene mucho talento. Da gusto jugar con gente como Marc, Calderón... Te hacen dar el máximo.

¿Incomodó que se hablara tanto de los que no iban a venir (Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Serge Ibaka y Felipe Reyes)?

Es normal que se hable de ellos, pero nosotros no lo pensamos. Solo pensamos en la gente que está aquí, que somos los que vamos a jugar este verano. Les echamos de menos dentro y fuera de la pista, pero los que están aquí son muy buenos jugadores.

¿Cuáles son sus primeras impresiones sobre Juan Antonio Orenga, que debutará como seleccionador en un gran torneo?

Es una continuidad. Orenga ha estado cuatro años de segundo con nosotros y ya nos conoce a todos. Eso le da libertad para darnos libertad a nosotros. Sabe cuándo apretarnos y cuándo dejarnos ir. Esta selección tiene mucho talento y mucha imaginación. Nos está dando libertad dentro de unos límites. Y eso es bueno.

O sea, que no será todo balones a Marc Gasol dentro de la pintura...

Marc es nuestro referente y es un jugador especial. Está claro que tenemos que aprovecharnos, pero no solo está él. También están Rudy (Fernández), Calde... En la selección hay muchos jugadores especiales.

Con Sergio Rodríguez y Calderón... ¿habrá minutos para todos en el puesto de base?

Vamos a verlo... Todo el mundo quiere jugar muchos minutos y en esta posición hay overbooking. Sin embargo, me parece bueno porque nos va a exigir lo máximo a todos y podemos jugar a la sorpresa. Somos bases con estilos de juego diferentes. Cada uno le podemos dar un ritmo diferente y así el equipo contrario no sabrá qué esperar. También tendremos que tener en cuenta la cuestión de la confianza de cada uno, que siempre hay que aprovecharla.

¿Somos favoritos?

Sí. Igual no tanto como otros años, pero yo sí nos pondría en el pelotón de cabeza. Nosotros vamos con la intención de ganar el oro, pero ser favoritos no quiere decir que vayamos a ganar o a llegar a la final. Toda selección que ha ganado un Europeo, en la siguiente edición es favorita. Y nosotros llevamos dos seguidos, pero el favoritismo hay que demostrarlo en la cancha.

¿Quién más estaría en ese grupo de favoritos?

Grecia, Francia, Turquía... En torneos tan cortos, se verá un poco en los cruces y en el momento de confianza que llegue cada equipo. Este año quizás esté más abierto, pero el nivel sigue siendo muy algo.

¿El juego más libre de la NBA le viene mejor que el más táctico de Europa?

A mí me gusta más. No sé si es mejor o peor. En la NBA me siento libre y el entrenador me da mucha confianza. Lo bueno es que se juegan muchos partidos y cada semana tienes tres o cuatro partidos y es lo que uno quiere. Entrenar está bien, pero está mejor jugar.

Se hablaba de que iba a tener problemas en la NBA porque no es un base anotador.

Yo tengo mi estilo de juego y, quizás, en lo último que pienso es en anotar. Mi juego es más de organizar, pero he ido aprendiendo que anotar tiene que ser un arma más. A veces la he dejado un poco de lado, lo que hizo que perdiera la confianza, pero he trabajado para recuperarla.

¿Por qué desde el principio tuvo un impacto tan grande de popularidad en EE UU?

Aún me lo sigo preguntando yo. Estoy muy contento de que me aceptaran tan bien y del cariño que me dan. Me siento muy cómodo en esa ciudad y en el equipo.

¿El año que viene estarán los Timberwolves en los play offs?

Tenemos que ser ambiciosos y luchar por ello. La temporada es muy larga. Puedes empezar con muchas expectativas, pero las lesiones torcerlo todo. Hemos aprendido mucho de los últimos años y sabemos que tenemos que estar muy bien toda la temporada.

¿Cuál es el jugador que más le ha impresionado?

Hay muchos... La capacidad anotadora de Navarro no se la he visto a nadie, el poderío físico de Lebron James no tiene comparación, Derrick Rose me gusta muchísimo... He tenido la suerte de jugar contra jugadores muy buenos.

¿Siente que está perdiendo parte de su juventud por el baloncesto?

Igual sí he perdido parte de mi juventud, pero no la cambio por el baloncesto. Cuando tenía 14 años y empecé a viajar con el Joventut, mis amigos iban el fin de semana al cine o a la playa y yo no podía, pero no lo cambiaría nunca. Hago lo que más me gusta en la vida.

¿Qué es lo que más echa de menos de España cuando está en EE UU?

Principalmente, estar con la familia y los amigos. Es duro separarse, pero lo he decidido yo para conseguir un sueño. También la playa, el tiempo, la comida... Así lo valoro más cuando vuelvo.

Vive solo en Minnesota. ¿Qué tal se le dan las tareas del hogar?

Me apaño. Viajo mucho y tampoco me complico. Mi hermano estuvo viviendo conmigo cuatro meses y me enseñó a cocinar cuatro platos. Para la lavandería, alguna vez llamo a mi madre y me aconseja... Voy haciendo mis cosas.