El Blusens Monbus aprovechó la 'ausencia' del Real Madrid, que pensaba más en la eliminatoria europea con el Maccabi, para conseguir una importante victoria que le permite seguir en puestos de 'playoffs'.

Fue una victoria con suspense porque Rudy lanzó desde el centro del campo a la desesperada y el balón entró, pero la repetición certificó que el lanzamiento fue fuera de tiempo.

Con todo el respeto para el Obradoiro, el Real Madrid pensó en el Maccabi y en la Euroliga, dando a Rudy y Mirotic las llaves del equipo, inicialmente, con Hettsheimeir, Darden y Drapen en el cinco inicial.

La inercia defensiva del Real Madrid fue suficiente para aturdir al Blusens Monbus, que no encontró otro medio de sumar que el lanzamiento desde la línea de tres puntos, con poco acierto, además.

Las ventajas madridistas crecieron como la espuma hasta finalizar el primer cuarto con un 19-10 claro y demoledor.

Este mismo estado de cosas se mantuvo en el segundo periodo hasta que en su ecuador el Madrid consiguió la máxima ventaja hasta el momento, 27-13.

Tras la tempestad viene la calma y el Madrid se relajó hasta el punto de que aceptó hasta el descanso un parcial de 2-12, que volvió a meter a los gallegos en el partido, con el 29-25 que reflejó el marcador.

El Madrid bajó su intensidad, sobre todo defensiva, los compostelanos lucharon más y se fueron al vestuario con veinte rebotes por sólo quince el equipo local, 2-6 en ataque a favor de los gallegos.

El efecto adormidera se apoderó del partido hasta el punto de que la anotación se resintió hasta el 41-38 al final del tercer cuarto. El partido decayó en todos los aspectos y tampoco contribuyó la lesión del tunecino Mejri, autor de cuatro tapones hasta que se hizo daño.

Lo único que mantuvo vivo al partido fue la incertidumbre en el marcador. Los últimos segundos fueron un auténtico cara o cruz, en el que el Blusens estuvo más afortunado.

El Madrid perdió por tener la cabeza en otro sitio y rebajó en diez puntos su peor registro anotador de la temporada.

Un parcial de 0-13 en el último cuarto condenó al Barcelona Regal (70-73) ante el Herbalife Gran Canaria, que fue a remolque de los azulgranas durante casi todo el partido pero que no perdió la fe y acabó con una racha de más de dos meses sin ganar fuera de casa.

El conjunto canario fue el primero en anotar una canasta en el encuentro, pero el 0-2  fue su única ventaja en los 36 minutos siguientes. El Barça rápidamente tomó el mando y abrió una primera brecha con un triple de Wallace y una canasta de Huertas (14-6, min.7).

Con Mickeal, Rabaseda y Todorovic lesionados, Xavi Pascual también dio descanso a Navarro y Jasikevicius, pensando en Atenas, donde los catalanes se juegan la próxima semana ante el Panathinaikos buena parte de sus opciones de clasificarse para la Final a Cuatro.

Pedro Martínez tampoco pudo contar con Rey por lesión, pero recuperó a última hora a Toolson, aunque el escolta estadounidense cuajo un partido muy discreto y acabó anotando solo tres puntos.

El 1 de 12 en triples de la primera mitad condenó al conjunto insular, que defendió bien, niveló la batalla por el rebote y practicó un baloncesto fluido durante buen parte del choque. Sin embargo, sus nefastos porcentajes en el tiro exterior lastraron su rendimiento en los dos primeros cuartos.

Algo más entonado estuvo el Barça, especialmente Oleson, con doce puntos en la primera mitad que mantuvieron a su equipo por delante hasta el descanso (34-29).

Dos canastas de Abrines y Huertas justo después de la reanudación colocaba al Barça nueve arriba (38-29, min.21), pero los triples de Newley, Toolson y Beirán apretarían de nuevo el electrónico (56-50, min.28)

Una canasta de Jawai al inicio del último cuarto daba al Barça la máxima diferencia de todo el partido (61-50, min.31), pero el Gran Canaria no pensaba rendirse ante su gran oportunidad de acabar con seis derrotas consecutivas en el Palau.

A estas alturas del choque, los locales, que hoy solo jugaron con nueve hombres, andaban justos de fuerzas, Oleson se retiraría lesionado y los tiradores del Herbalife habían empezado a meter todo lo que habían fallado en la primera mitad.

La asfixiante defensa canaria y un parcial de 0-13 liderado por Newley y Nelson dio la vuelta al partido como un calcetín (64-69) a falta de 2:36 para el final. A los insulares les entró entonces el miedo a ganar y Huertas y Jawai pondrían el choque de nuevo en un puño (68-69) con 31 segundos aun por jugarse.

Fue entonces cuando emergió la figura de Báez para robarle la cartera a Jawai en dos rebotes ofensivos -uno tras un ataque visitante y el otro en un tiro libre fallado por Bellas- que aseguraba la victoria del Gran Canaria.