Tras dejarse remontar un 4-0 a favor de la ida y quedar apeado de los cuartos de final de la Liga de Campeones en el Camp Nou (6-1), el entrenador del Paris Saint Germain, Unai Emery, ha asegurado que los "errores arbitrales" han perjudicado a su equipo.

"Las decisiones arbitrales nos han perjudicado y han tenido incidencia en el resultado en un partido como el de hoy", ha afirmado el técnico español, en rueda de prensa, en alusión a los dos penaltis pitados a favor del Barcelona que han transformado Messi y Neymar.

En este sentido, ha insistido que el colegiado ha tenido incidencia en el resultado final porque, en su opinión, ha visto "dos penaltis que pueden ser dudosos" en el área del Barcelona y uno a su equipo. Unas decisiones que, según ha dicho, "eran difíciles y han caído en contra" de su equipo.

En cualquier caso, su escuadra se ha dejado remontar un 4-0 a favor de la ida en los últimos siete minutos del encuentro, cuando el Barcelona ha anotado tres tantos y ha culminado un 6-1 que en el minuto 86 parecía una quimera.

"Hemos perdido una gran oportunidad y éramos conscientes de ello. En el primer tiempo no hemos conseguido dar continuidad al partido de París", ha lamentado Emery, quien ha destacado la mejora de su equipo tras la reanudación.

"El 3-1 nos indicaba que había una mejora con el resultado. Hemos tenido el 3-2, pero hemos perdido en dos minutos lo que teníamos y ahí ya no hay explicación, es el jugar al todo o al nada y así ha sido cómo nos han ganado en los últimos minutos", ha añadido.

El presidente del París Saint Germain, el catarí Nasser Al-Khelaïfi, aseguró que "no hay que buscar excusas", tras la derrota.

"Incluso si ha habido dos penaltis a nuestro favor, no hay que buscar excusas. No hemos jugado en la primera mitad. Después de ganar 4-0 en la ida, perder 6-1 en la vuelta, es muy difícil de aceptar, pero no tenemos otra opción", señaló Al-Khelaïfi en declaraciones difundidas por el diario L'Equipe.

"Encajar tres goles en siete minutos, después de llegar con 3-1 a los 88 minutos es muy duro", añadió el máximo dirigente del conjunto parisino, que aseguró que "todavía" no había hablado con los jugadores.