Debutó en el Campeonato del Mundo de MotoGP en 2003, en Suzuka, en el Gran Premio de Japón, con 22 años. Pero la historia de Nicky Hayden con las motos se empezó a escribir casi dos décadas antes.

Nacido un 30 de julio de 1981 (35 años), y natural de Owensboro, Kentucky, Hayden se subió a una moto por primera vez con solo tres años. Provenía de un clan apasionado de las motos (su padre fue un piloto profesional de Dirt Track y tanto su madre como su hermana mayor participaban en famosas competiciones para féminas), lo que hizo que él adoptara ese amor por las dos ruedas.

Con solo cuatro años, Nicky comenzó su andadura como piloto de carreras en las de Dirt Track. Primero como piloto de Dirt Track de Harley Davidson y más adelante de Honda.

A los 13 años se encaminó hacia el mundo de la velocidad para hacerse profesional a los 16 años, edad con la que participó en su primera temporada completa en el campeonato AMA en 1998, donde demostró su talento al acabar cuarto de la general en Superbikes. Más tarde conseguiría el subcampeonato. Años en los que fue fraguando su ascenso a MotoGP.

Después, el éxito. Llegó en 2003 a MotoGP después de haberse alzado en su país como el más joven campeón del Campeonato de Estados Unidos de Superbikes AMA en 2002 a los mandos de una Honda SP-2. Algo que le abrió las puertas de par en par de la mejor competición de motos del mundo. Y solo tres años después se proclamaría campeón del mundo de la máxima cilindrada del Mundial, arrebatándole el título a Valentino Rossi.

Sus allegados, y lo que mostraría siempre en cámara, le definen como un tipo callado y educado fuera de la pista, pero con un fuerte carácter dentro de ella. Era un apasionado de las motos también fuera de la pista y le gustaba todo tipo de música.

Ahora, con 35 años, el destino ha querido que su vida haya quedado sesgada subido en una bici.