Algo ha cambiado en Los Angeles. Si en las últimos dos años y medio -o casi tres- el señalado como culpable de todos los males de los Lakers era siempre Pau Gasol, convertido en muñeco de 'pimpampum' por motivos variados, ahora es el español el que ha pasado al ataque con duras críticas al equipo y a su entrenador, Mike D'Antoni.

¿Por qué se ha producido ese cambio entonces? Muy sencillo. Los Lakers han tenido siempre la sartén por el mango todos estos años y la amenaza de un traspaso a otro equipo ha estado siempre presente sobre la figura del ala-pívot español. Cada vez que el equipo atravesaba una mala racha llegaban los rumores de que Gasol acabaría en un intercambio con otro equipo. Presión terrible para él.

Como en la NBA los jugadores no pueden decidir sobre su destino a Pau no le quedó otra que seguir trabajando duro y hacer su trabajo lo mejor posible, pero nunca lo ha tenido fácil. La llegada de D'Antoni le perjudicó mucho, pues su sistema le alejó demasiado del aro, donde el de Sant Boi es realmente decisivo. Sus números bajaron alarmantemente, especialmente con la llegada de Dwight Howard el verano de 2012. Nunca congeniaron y los rumores de un traspaso se incrementaron más que nunca, pero al final el que dejó el equipo fue 'Superman'.

La lealtad de Pau durante tantos años, unido a su papel decisivo en los dos títulos de los Lakers desde su llegada, no acallaron las críticas de sus detractores. Se le siguió acusando de excesivamente blando en defensa y se le criticó su mala adaptación al nuevo sistema. D'Antoni, entrenador de los Lakers desde noviembre de 2012, fue de los más duros con su jugador.

"Quería ganar el partido, por eso dejé a Pau en el banquillo", llegó a decir el técnico, que hizo insostenible la situación de Gasol la temporada 2012/13.

El rendimiento de Pau en el inicio de esta última temporada tampoco fue bueno. Se había operado de los dos tendones en verano y no llegó bien al comienzo del curso baloncestístico. Tuvo que parar de nuevo, mientras que los rumores de traspaso continuaron.

Su guerra con D'Antoni, a su vuelta, se recrudeció: "El hecho de que no tenga la bola en el poste afecta directamente a mi agresividad. No tener la bola donde la quiero, donde soy más efectivo", dijo tras una dura derrota en Oklahoma en diciembre. "Es también una bonita excusa para no jugar duro. Es un clásico", le contestó el técnico, que llegó a ser durísimo con Pau: "Para cobrar a final de mes sí que sabe lo que tiene que hacer".

Pero al regreso del parón, el rendimiento de Gasol fue al nivel de los mejores años de su carrera. Más de 20 puntos y 12 rebotes de media en un mes de enero devastador de Pau, que asumió el liderazgo de los Lakers en ausencia del lesionado Kobe Bryant. Las derrotas se acumulaban una tras otra en el conjunto angelino, pero esta vez nadie podía poner ni un pero al catalán, el mejor del equipo un partido tras otro.

Pese a su extraordinario nivel, fue el alto contrato del español (16 millones anuales) el culpable de que finalmente Gasol vaya a continuar en los Lakers. Pese a los intensos rumores, no hubo acuerdo con ningún equipo y el español acabará su contrato con los Lakers, que finaliza este mes de junio.

Las amenazas de un traspaso se acabaron, Pau es ahora dueño de su futuro. Es, además, el mejor jugador del equipo -Kobe sigue lesionado-, y se ve legitimado para criticar el bochornoso papel de estos Lakers, los peores de la historia desde que se mudaron de Minneapolis a Los Angeles, y últimos en su división, la Pacífico.

Pau criticó duramente a su equipo hace apenas dos días, cuando dijo que "no tenemos disciplina", y señaló específicamente a su entrenador al criticar que su equipo jugara sin jugadores altos. "Si salimos a la cancha y nos sacan 20 rebotes de diferencia en cada partido, no importa quien seas, no va a funcionar", apuntó.

D'Antoni no ha tardado en responder, pero la dureza no es, ni de lejos, la de antaño. "Es demasiado fácil acudir a la prensa y hablar de tus frustraciones. Esos comentarios deben hacerse de puertas adentro, en el vestuario", dijo el técnico. Esta vez D'Antoni es consciente de que necesita a Pau para acabar la temporada de la manera más digna posible, y Gasol ya manda en su destino. En junio será él el que elija dónde quiere jugar.