Cerca de trescientos aficionados se encaramaron ante el palco del Camp Nou, después de que el conjunto azulgrana perdiera en el tiempo de descuento ante el Mallorca, gracias al gol del pichichi Güiza que fijaba el 2-3 definitivo, y se clamó contra la persona del presidente del club, Joan Laporta, contra Johan Cruyff, Txiki Begiristain y contra los jugadores.

Con el pitido final del colegiado Rubinos Pérez, el Camp Nou estalló con una pañolada de color negro, en señal de protesta ante la pésima temporada del conjunto azulgrana, bajo los gritos de "¡Barça sí, Laporta dimisión!" e incluso se lanzaron objetos contra los cristales que protegen la entrada al palco directivo, en lo que fue una micro manifestación improvisada por los aficionados barcelonistas.